El hambre de la mitad de semana se puede cortar con cualquiera de los "250 platos hechos con amor" de Di Pappo d'oro, ubicado en cualquiera de sus dos direcciones: el "Palacio" en Córdoba y Pringles o también en Santa Fe y Riobamba, como anuncia este aviso de 1990. En cualquiera de estos sitios se encontrarán con generosas porciones, preparadas a la vista del público por los artesanos más calificados. Un marketing alegre y simpático que se coronaba con un jingle que ponía el énfasis justamente en que comer era un placer divertido, ya sea con sus pizzas por metro cuadradas o con sus sándwiches con banderitas de países. Los servicios no terminaban únicamente en la comida potentosa: estaba el estacionamiento exclusivo sin cargo, la aceptación de todas las tarjetas de crédito "sin limitaciones" y atenciones para los más peques como una terraza de juegos, sorteos sorpresa los días domingo o la posibilidad de canjear sobres del primer álbum de figuritas de Las Tortugas Ninjas por porciones de pizza.
Lamentablemente la mayoría de la población no tenía tiempo para hacer la digestión por tanta comida y se fue volcando por la opción de la comida rápida, más de moda en ese entonces. La poca o nula variedad en un menú le terminó ganando a un florido y laureado léxico lleno de halagos y obsequios. Luego de haber tenido cierto éxito a fines de los 80 y hasta haber auspiciado un programa de juegos conducido por Jorge Guinzburg hace 35 años ("Doble o Nada" por Tevedos) esta serie de locales de restaurantes "con estilo rioplatense" no pudo hacerle competencia ni al tradicional Pippo ni mucho menos al novedoso Mc Donald's, desapareciendo rápidamente... o eso se cree, ya que en redes aparece una pizzería en Tapiales con exactamente el mismo logo y nombre que los Di Pappo de antaño. Habrá parentesco gastronómico en el nombre o simplemente lo habrán comprado-pedido prestado?