El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
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lunes, 10 de julio de 2023

Los viejos que siempre vuelven



Hace bastante que los siguientes productos están presentes en las calles. Ambos forman parte de tibios lanzamientos desarrollados por la nueva administración de Billiken (es decir la gente de La Dolce SRL) por lo menos desde 2022 pero recién ahora hemos podido conseguirlos para comentarlos. Uno es algo bien dulce, el otro es bien salado, son de épocas bien diferentes, tuvieron un primer paso conocido y glorioso en el mercado y en este revival simultáneo que viven sin tanta publicidad la pelean desde abajo, desde la venta ambulante o los mayoristas, bien undergorund. En un rincón en chocolate aireado suceso de los años 50 hasta por lo menos fines de los 80, el Aero que era comercializado en el país por Noel y en el otro los snacks salados estadounidenses Ritz que si bien con su nombre oficial sólo duraron una temporada (1996) bajo el sello Nabisco-Terrabusi fueron la fuente de inspiración de las queridas Rex de Bagley allá por los años 70 (y en menor medida las olvidadas Vip de Terrabusi), así que no son poca cosa. 
Nos ilustra el extraño regreso del Aero, ahora denominado Aerobar, una publicidad de sus años de Noel correspondiente al año 1970: la llegada de una nueva etiqueta era toda una novedad para anunciar y la siguieron cambiando en las siguientes décadas siendo una de sus últimas publicidades televisivas el formato "Aerobar" así que se deduce que el nombre del producto actual sí tiene relación con ese clásico. Era importante buscarle vinculación más allá del nombre ya que otra cosa no tiene: más allá de que en los nuevos envoltorios firmados por Billiken (en sus 3 rellenos: maní, frutilla y dulce de leche, éste ùltimo cuesta mucho encontrarlo) aparecen burbujitas lo cierto y triste es que estos nuevos chocolates... no tienen absolutamente nada de aireados! Es cierto que en el diseño de arriba pareciera que tienen como burbujas o bloques irregulares (diseño similar al Milka Leger) pero nuevamente lo principal y que caracterizaba a este producto le falta y no está ni de casualidad. Una verdadera lástima ya que se tratan de chocolates bastante buenos, con rellenos con sabor bien intenso (sobre todo el de frutilla, podría ser una variante barata del Cadbury) y con un tamaño justo para darse el antojo. Pero de las burbujitas originales no hay ni noticias...  



La opción salada tiene aristas similares: para entrar en clima les mostramos un fragmento de aquella famosa campaña publicitaria llevada a cabo por la flamante Nabisco Argentina para infantes que involucraba a casi todas sus golosinas en un gran concurso donde había que dibujar una historieta ecológica para ganar un "videojuego láser", unos rollers y el peso del ganador en productos Terrabusi. Las Ritz, nacidas en 1934 y propiedad de Nabisco desde su creación, aparecían como novedades para el mercado en ese entonces, al igual que los snacks Chipits, las galletitas dulces Sketch o las Oreo que sí se terminaron instalando hasta hoy. En la versión que Billiken comercializa en la actualidad vienen en unas bolsitas amarillas brillantes, para ver bien de lejos: a pesar de lo ricas que se ven en el frente del envase, su sabor es algo extraño, algo indefinido. Por momentos trata de asemejarse al sabor que uno espera en un producto de estas características (es decir algo que tenga gusto a una Rex o a una Club Social sabor Clásico) pero su masa es algo agridulce somo si estuviera hecha de galletitas Argentitas o las crackers que comercializa Lhertier, que no son saladas en un 100%. Otra cosa que las desfavorece es que su color no es muy agradable: son muy palidas! tienen un color blanquecino que les da el aspecto "Rex crudas" que predispone mal. A la hora de tener hambre pueden pasarse seguramente mejor pero no constituyen un regreso tan logrado, en ese sentido mientras las barritas Aero se las recomiendo para probar, conocer y regalar (a pesar de no tener ni una mísera burbuja de aireado) estas Ritz déjenlas como última opción a la hora de buscar alguna cosita salada para picar. Se desconoce si hay otro sabor de Ritz aparte de las "original" para conocer.
Pero a pesar de este resultado regular de productos, siempre se gradece que Billiken u otras empresas se dediquen al regreso de marcas famosas y se animen a que se las enfrente a las fórmulas de antaño, salga lo que salga... aunque claramente cuando se nota que se esfuerzan para sacar algo bueno el festejo es mucho mayor!  


ACTUALIZACIÓN AGOSTO 2023: Mientras que los productos nombrados constituían lanzamientos originarios de 2022 en el catálogo de este año de Billiken de las creaciones que volvían de más allá se anotaron un nuevo poroto que los deja mejor parados en el mundo de los salados que con las Ritz. Se trata de los snacks Vermouth de queso, jamón y pizza: si bien para los más jóvenes es una marca que no dice mucho remontándonos a los años 70 Terrabusi comercializaba galletitas con este nombre. Si Billiken anduvo comprando nombres o solicitando licencias de otras empresas, por qué no también con estas efímeras galletitas pensadas originalmente para aperitivos, copetines y cócteles tan en boga en ese entonces. Lo único que queda en duda es por qué estas galletitas no tienen el sello de Billiken como sus pálidas hermanas. 
Todo el sabor y desconfianza que generaban las Ritz afortunadamente desaparece con las Vermouth, volviéndose galletitas hexagonales (homenajeando a las Kesitas) con un gusto bien intenso, aunque ya demasiado: que fuerte el olor de las de queso y jamón! cuesta sacárselo de encima después de comerlas. El saborizante en todas está bien claro así que no se sufre más con lo indefinido, las tres tienen los 3 gustos estereotipados de lo que anuncian a sí que difícilmente defrauden. Totalmente recomendables aunque cuidado con abrir de golpe el paquete de las dos primeras porque realmente el olor que portan es demasiado invasivo...

martes, 23 de junio de 2020

Aero, siempre primero (1960)


Para tener una cuarentena oxigenada nada mejor que una golosina bien oxigenada: recordamos al Aero, uno de los primeros chocolates aireados del país, como lo vemos en esta publicidad de 1960, comercializado en el país por Noel. Una publicidad donde se dejaba bien en claro que no había demasiada competencia en chocolates aireados como para hablar de otra marca. Lógicamente del sabor primogénito con leche fueron apareciendo otras variedades, como el blanco o la opción con almendras.
Esta deliciosa creación nació en 1935 en el Norte de Inglaterra y su dueño original era Rowntree, una empresa de golosinas que en 1988 fue comprada por Nestlé. Jutamente por esos años Noel, la autorizada en Argentina para usar la marca, quiebra y es adquirida por Arcor. Dicha empresa a lo largo de los años 90 se encargó de imponer sus propios chocolates aireados llamados Cofler. Mientras tanto, el Aero original vino por un breve tiempo importado con el sello de Nestlé pero al no justificarse su precio al lado de los nacionales, partió para no volver. En su lugar Nestlé nos deleita con el Suflair.

lunes, 7 de julio de 2014

Vivir sin aire (ni cacao)


Hoy es un día paradójico; por un lado comienza una semana (es lunes) y por otro lado termina otra: la de la Dulzura. Y qué mejor para terminarla que con esta verdadera reliquia: un envoltorio de los años 60 del famosísimo chocolate Aero (en este caso tanto blanco como negro), de Noel, con su estrellita y todo. Pionero de los chocolates aireados, fue durante mucho tiempo el único de su sitio, siendo dicha característica la que la caracterizaba publicitariamente (aparecían avisos con el chocolate flotando con globitos, para simbolizar lo "liviano" que era), todo un detalle a destacar en la época en la que el tipo amargo o para taza era mucho más común. Era fabricado por Noel en la Argentina, pero en realidad esta marca le pertenecía a la inglesa Rowntree, también dueña del Kit Kat (aquél reversionado aquí como Graffiti o 2x3, según la época) o de los Smarties (los verdaderos chocolates confitados de colores, fuente de inspiración de los Rocklets, M&M, Skittles, etc etc). Dicha empresa, una de las más grandes de su época, fue siempre un estorbo para otra empresa famosa chocolatera mundial, y suiza nada menos, que era Nestlé. A fines de los 80, mientras se seguían vendiendo las AeroBar, Nestlé logra finalmente adquirir la compañía y hacerse de varios productos como gomitas frutales, confites, barras de chocolate, etc. Por ello ya para los 90 prefirieron hacerla corta y directamente los envases de Aero decían Nestlé y eran directamente fabricados por ellos. Con el tiempo, el Aero desapareció y a pesar de la gran presencia de Nestlé en Argentina me resulta dificil creer que vuelva, teniendo en cuenta la gran cantidad de chocolates aireados que hoy por hoy se disputan el mercado como Cofler o Milka. Sin embargo, siguen saliendo en otros países incluso variedades pintorescas como relleno de naranja o de menta, clásicos en Inglaterra aunque no se que tal serán. Así que ya saben. los que viajen por ahí prueben uno de estos y después me cuentan.