El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

martes, 2 de julio de 2024

Coop must go on (1989)


El Julio de hace 35 años fue sumamente especial porque entre otras cosas bajo el brazo una edición extraordinaria de "La Cooperativa Libre": esta publicación era la que hacía circular la coopertativa El Hogar Obrero para difundir sus actividades cada vez más abarcativas, aunque una gran mayoría los tendrá siempre presentes por sus incursiones en el mundo del supermercadismo durante los años 80. 
Este número extraordinario no se trataba de una simple gacetilla de las novedades cooperativas sino que dará importantes opiniones editoriales sobre sucesos políticos tanto históricos como las que estaba atravesando la Argentina en ese mismo momento: era el mes de transición entre el Alfonsinismo y Menemismo, un proceso realizado 6 meses antes que lo estipulado por la Constitución a causa de la gran emergencia económica hiperinflacionaria. Se habla de un congelamiento de precios que había sido estipulado por el saliente radicalismo para el tercer día del mes y que sólo ellos habían acatado correctamente, la muerte del Ministro Roig a principio de mes, la llegada de María Julia Alsogaray a ENTEL y hasta una poética manera de hablar de las restricciones horarias que tenían los canales de TVa emitir casi que sólo durante la noche: "se aceptó el espectáculo de la televisión pero en condiciones de oscuridad sólo relativizadas por el esplendor de la pantalla". Este contexto de crisis social y económica va a teñir el contenido de cada una de sus páginas, por más que se dediquen a hablar de literatura, arquitectura o hasta de cocina: no se andan con chiquitas y hasta las recetas de la publicación son en homenaje al Bicentenario de la Revolución Francesa, un tema que también tuvo varias páginas. Supo hablarse además del Día internacional de la Cooperación,





Pero uno de los platos fuertes vendría luego al hablar de su propio aniversario, engalanados en uno de sus mejores momentos de expansión y desarrollo, y catalogados como una de las empresas más grandes del país: un homenaje a sus fundadores Juan B. Justo y el socialista Nicolás Repetto, hablando del contexto de principios del siglo XX que los llevó a fundar un 30 de Julio de 1905 (mismo año de la muerte de Julio Verne y Bartolomé Mitre y del nacimiento del diario La Razón y del Club Boca Juniors como ellos mismos referencian) la asociación que fundada en la solidaridad y el ahorro se dedicaría a la financiación de viviendas, créditos personales y a la comercialización primero de panificados y pastas para luego expandirse como almacenes y finalmente supermercados que luego conforme las tendencias de consumo de la época darían lugar a los grandes centros comerciales. En ese 1989 el shopping Spinetto de su propiedad ya llevaba varios meses de pleno funcionamiento (se había inaugurado en Noviembre de 1988) y como lo demostraban varias de las páginas de "La Cooperación libre" se iba comentando progresivamente los avances que estaban teniendo en las obras en el ex Mercado del Abasto, un terreno abandonado desde 1984 y que la cooperativa había adquirido ambiciosamente en 1986 para construir allí su segundo shopping. Textos bellamente redactados que parecen sacados del programa Siglo XX Cambalache para hablar de la vida de principios de siglo y cómo el Hogar Obrero pensaba, a pesar de las dificultades del presente, seguir con firmeza y solidez hacia el futuro...







Sería un capricho del destino que desde esa misma época la situación, relativamente bien mantenida de la asociación, se terminaría de venir abajo: ya complicada por las hiperinflaciones y con el tiro de gracia que le significó el Plan Bonex de fines de ese mismo año, la llegada del Menemismo al poder significó el fin de una era casi centenaria. Entre 1990 y 1991 llegaría su aumento ilimitado de pasivos, su cesación de pagos e ingreso a concurso de acreedores (el de mayor magnitud y repercusión social de la historia judicial argentina) que derivó en la creación de los bonos TIP-HOGAR, unos títulos de cancelación de deuda que servían para comprar los bienes de El Hogar Obrero que comenzarían a ser rematados, por el valor de la flamante paridad 1peso 1 dólar de la época. Su primer quiebra fue decretada en 1995 y fue levantada 54 días después, evitándola nuevamente en 1998 aunque no pudo zafar del concurso, el cual se resolvió recién en 2012, pasando por una intervención judicial entre 2003 y 2005. Las actividades inmobiliarias volvieron tímidamente a aparecer en sus haberes desde fines de los 2000, pero aquella sobreexpansión que derivó en la cadena de supermercados más extensa del país pasó a ser simplemente un loco recuerdo del pasado.



Todas las sucursales de Supercoop existentes a Julio de 1989, que incluían Capital Federal, Catamarca, Córdoba, Corrientes, Chubut, Jujuy, La Pampa, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Fe y Tucumán. Probablemente el mayor período de expansión supermercadista que llegaron a alcanzar.






Volviendo a la tensa calma de 1989, la publicación aniversario nos mostraría otras actividades que la cooperativa realizaba por fuera de lo más mediático y que no son tan recordadas actualmente, como algunos servicios como buzones de correo OCA o terminales de Débito (o sea cajeros automáticos) del Banco Roca en sus sucursales con el sistema Carta Franca como lo demostraría el aviso del banco homónimo, gimnasios, orquestas y coros infantiles, descuentos en viajes para afiliados e incluso una gran presencia de sus institutos de educación que además de ser sede del Plan Nacional de Alfabetización ofrecían talleres (por ejemplo de orientación vocacional), cursos con salida laboral y acceso a bibliotecas en épocas en las que fuera del Internet no había mejor manera de acceder a información de todo tipo. 
Y cuando se llegan a los beneficios en planes de salud, empieza a verse esa extraña mezcla magnánima entre Obra Social, mutual y empresa privada con importantes avisos comerciales que demostraban que esto del cooperativismo no implicaba manejar apenas unas monedas sino uno de los grandes capitales del país: General Electric, aderezos Menoyo, pilas Eveready, bizcochuelos Godet de Arcor, margarina Dánica, Panasonic, arrox Máximo de Molinos, lácteos Cotar y Sancor (conteniendo en aquél entonces la marca Las tres Niñas) y también junto a Sancor Seguros, té Sol, La Campagnola, calefones Orbis, eletrodomésticos Atma, Drean y Yelmo, cerveza Bieckert, azúcar Chango, guardapolvos Saber, fideos Trentino, vinos Crespi, especias Poo, heladeras Patrick y videocaseteras Kenias Sharp (ambos con su infaltable slogan ochentoso publicitario del momento), café La Morenita, hamburguesas Porker, heladeras Columbia y seguros Rivadavia, entre muchos otros que no aparecieron aquí publicados como La Serenísima o Compañía Química.  Y entre medio de tantas publicidades, también se veían los avisos de producción propia: es así que aparecen el pan de su marca Coop, sus secciones de ropa (para adultos e infantiles), acolchados y hasta su propia óptica. 
En definitiva, treinta y cinco años de otro tipo de Argentina.






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