El Renault Twingo no está pasando por un buen momento
mediático: pareciera que de la noche a la mañana mucha gente al mismo tiempo en
todo el mundo se acordó que lo consideraban un auto malo, feo o que generaba
dificultades para hacerlo doblar. Muy diferentes eran sus tiempos allá por los
90, cuando se lo consideraba un auto con onda y con una imagen jovial y
futurista envidiable.
En este aviso de 1995 un Twingo era el premio final de un
concurso ideado por la canchera revista Billiken: era igualmente necesario que
participara además del menor un adulto responsable, pero aparentemente ganarlo
era tan fácil como juntar cupones de la revista y luego esperar salir sorteado…
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