No se crean que todos los conceptos antiguos de las publicidades son inaplicables a la realidad: aquí tenemos un ejemplo que podría trascender a la actualidad sin ningún prurito de corrección política.
Se trata de una publicidad del clásico aceite Cocinero de Molinos Río de la Plata (época de Bunge y Born), en su tradicional envase ámbar de vidrio retornable de litro y medio. La idea de un aceite "enamorado" de las comidas es algo que puede sonar perfectamente actual: podemos imaginar un aviso típico de estos años, en slow motion con gente con cara enamorada viendo su propia comida, con alguna canción italiana de los años 70-80 de fondo, que tanto les gusta a los publicistas...
Encima todo el texto del aviso lo podemos leer con la misma frescura de hace más de hace 50 años: es totalmente factible que un locutor descontracturado de esta era lea efusivamente y hasta el paroxismo "la milanesa tiene sabor a milanesa, las papas fritas a papas fritas, la ensalada a ensalada"...
Ni el nacimiento de Natura en 1988 o el precio bajo de Marolio impidieron que Cocinero siga siendo el líder indiscutido del mercado, ni siquiera la venta de Molinos Río de la Plata a Perez Compacn en 1999. Y ya que volvemos a hablar de la multinacional Bunge y Born, da la casualidad que en estos días Bunge Argentina se está interesando en la compra de Vicentín, que entre otras cosas fabricaba aceite de girasol bajo su propio nombre...
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