El 14 de Mayo de 1989 fue el día de las Elecciones que permitirían una sucesión presidencial entre civiles, algo que no ocurría desde los años 20 del siglo XX. Pero mientras los principales partidos políticos se disputaban el sillón de Rivadavia, otro tipo de contienda, esta vez entre empresas privadas, ocurría al mismo tiempo y entre solicitadas de diarios por los mismos días.
En lugar de Menem, Angeloz o Alsogaray la pelea estaba entre Alcatel, Siemens y un tercer en discordia llamado Pecom-Nec: durante la semana final de campaña Alcatel (apuntalada por France-Telecom) había lanzado un duro comunicado denunciando un Duopolio que impedía el progreso de las telecomunicaciones en la Argentina y pasaba a enumerar qué disponían ellos para romper ese aparente "curro" entre el Estado y una empresa alemana de la que no se brinda mayores detalles pero que se presumía que era Siemens. Con la promesa de un servicio público que deje ganancias, sin aparentes aportes del Tesoro Nacional ni de los usuarios siquiera, se auguraba por la llegada de mayores inversores privados a la telefonía argentina (es decir a la vetusta Entel) para "ingresar al mundo de la telefonía de avanzada" y así cumplir "el sueño de todo argentino".
Ese mismo domingo llegó la respuesta por parte de la aludida Siemens, quien recurrió a la misma estrategia de la solicitada anterior: arrancar con la definición de una palabra, en este caso con la palabra "Sofisma". Desde su perspectiva se dedica a responder punto por punto cada una de los dichos aparecidos en la primer solicitada: entonces, se hace referencia a que la situación de duopolio fue debido a la salida del país de ITT y se menciona lo que trae a colación el siguiente aviso, que es la respuesta de la sociedad argentina-japonesa Pecom-Nec, a cargo de Perez Compacn. Tanto Siemens como éstos últimos afirmaron que esta empresa también integraba la licitación mencionada y que por lo tanto la idea de duopolio era mentira, una fantasía.
Ambas compañías sostenían que Alcatel-Telecom se quería meter por la ventana al negocio de las telecomunicaciones a pesar de que no había quedado en buena posición en los plazos correspondientes y prefería apelar a la dialéctica y manipulación pública para tratar de dar el brazo a torcer. Sólo iba a ser cuestión de tiempo para que todos estos contubernios se solucionaran: tras la privatización de Entel de a poco la pelea de la repartición de la torta de las comunicaciones dejó de tener tanto interés...
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