Ahora que la ANMAT prohibió la comercialización de un queso rallado, convendría que tome cartas en el asunto sobre la cantidad de gente que utiliza esa sustancia láctea casi como una adicción y no debería hacer uso extensivo esa regulación con otros productos por el bien de la salud de los demás. Ya lo había advertido Sancor en 1992 con este aviso de sus propios quesos rallados, identificando a aquellos sujetos que sin ponerse colorados eran capaces de "ponerle fideos al queso".
Para todos los quesadictos de hace más de 30 años Sancor ofrecía un paquete de Reggianito aún más grande que sus envases tradicionales y advertía que para más de uno iba a llegar a ser directamente el plato principal.
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