El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

sábado, 22 de abril de 2023

Pensando afuera del Tupper

(efectivamente en este aviso de 1983 el acento en éxito va para ese lado)

En estas últimas semanas venimos escuchando la delicada situación económica de la empresa estadounidense Tupperware y su posible quiebra luego de 76 años de historia: bien contrastante es lo que se asoma en esta publicidad argentina de 1983, cuando relataba brevemente desde su llegada al país en 1978 (año de la gesta de su primera reunión ídem, un año después inauguran su planta en San Pedro) la satisfacción que les había generado abrir un nuevo negocio y que por delante les quedaba un muy próspero futuro, culminando el aviso con jarras y envases que más de uno vio en no pocas casas a lo largo de la vida. 
El químico estadounidense Earl Silas Tupper (sí, es un apellido) había fundado una compañía de plásticos en 1938 tras haberse independizado de trabajar en DuPont, aunque se suele tomar como fundacional la fecha de dicha firma el año 1947, momento en el que se produce la presentación del denominado "tazón maravilla": esto no sería otra cosa que el querido recipiente plástico que hoy es el genérico tupper, algo inédito del mercado ya que contaba con una tapa inspirada en los tarros de pintura pero dado vuelta. Durante mucho tiempo este gran invento tuvo ventas magras en las tiendas físicas tradicionales (mercados y ferreterías) hasta que se concretó el famoso sistema de venta por reuniones o fiestas exclusivas donde los tuppers se lucían con todo su esplendor. Esta idea le perteneció a Brownie Wise, empleada inicial de Stanhome pero que gracias a su revolucionario concepto se volvió vicepresidenta de Tupperware automáticamente.  



Al igual que otras grandes compañías como Avon, Tupperware hizo de sus ventas por catálogo + reunión algo distintivo y lo que la tuvo en el pico de ventas y reconocimiento por décadas: en su país natal era el genérico que servía para llevarse comida de una reunión del fin de semana a la casa o, sobre todo, llevar comida al trabajo o la escuela durante toda la semana, con envases que se fueron haciendo resistentes a la heladera o al microondas. Para dar con ellos además del boca en boca estaban los avisos como los aquí publicados en 1988 y 1990, donde mediante cupones se invitaba a "mujeres emprendedoras" a conocer más al respecto, ya sea para comprar algo en particular o volverse la "Dealer" (demostradora independiente) de la zona, que encima recibía de bienvenida un bolso con muchos de sus productos. Y como vemos en el siguiente aviso de 1992, también para quienes ya compraron había sorteos semanales de más kits de productos. Así las cosas, un negocio así parecía no tener fin pero todo tiene su techo. 


Uno de los últimos avisos que se pueden localizar corresponde a 2015, donde luego de tantos años (ahora se habla de "Revendedoras" y lenguaje de Redes Sociales) aparece una de sus últimas creaciones originales que calaron hondo en la sociedad de consumo: su botella Eco Twist, lanzada en 2012, inconfundible en su diseño y que se la sigue viendo (ya sea original o copia) por gimnasios, casas y oficinas a pesar de tener una década de vida y de no ser otra cosa que una simple botellita de plástico. Ya no queda nada de sus primeros años de vida: el mismo Earl Tupper despidió a Brownie Wise a los pocos años sin muchas aclaraciones y vende la compañía en su totalidad a una empresa llamada Rexall Corporation, la verdadera encargada desde 1958 de la expansión de Tupperware a lo largo del tiempo como multinacional. Por ejemplo, son los responsables de comprar otras empresas también asociadas a la venta de artículos por demostraciones, como la cosmética Beauticontrol en el 2000, dejando de fabricarse en el 2017.
La patente del tupper como tal vence en 1984 y de a poco surge su competencia, pero no hay que culparlos a ellos de su estado actual: eso se le atribuye mucho más a la falta de modernización e innovación, nunca haber conquistado al público joven (seguir pareciendo un producto "viejo") y sobre todo haber subido mucho los precios: lo que caracterizaba a Tupperware en sus inicios era ser una empresa accesible mientras que hoy su marca pesa por sobre las imitaciones, que son más baratas y lentamente le fueron superando en calidad. Incluso, declinaron en 2022 de su característica principal de sólo venderse por reuniones o catálogo y pasaron a venderse (ciertos diseños) a través de tiendas físicas en EEUU llamadas Target. Para dónde va esta empresa que sigue buscando capital para sobrevivir? Nadie sabe, pero vana a tener que pensar realmente afuera de sus queridos recipientes para salir de su crisis...



Actualización: un nuevo aviso correspondiente al año 1992 que si bien no es directo de Tupperware involucra a la marca. En ese año comprabas un tarro de La Lechera de Nestlé y venía con una copa importada de Tupperware como sugerencia de consumo. Por aquél momento la empresa ya llevaba 14 años en el país.
A la vez, como yapa en el mundo delos recipientes plásticos incorporamos un aviso de la competencia: los Hermetic Bol de la empresa Modern Plastic, una compañía nacida a mediados de los años 40 y que comenzaron a vender recipientes plásticos "herméticos, térmicos y prácticamente irrompibles" tras la posibilidad de hacerlo cuando caducó la patente del Tupper en 1984. Este aviso que concretamente venía para mostrar la línea Decoflorar corresponde a 1985 y podían conseguirse en comercios y bazares, como otra manera de diferenciarse de la creación de Earl Tupper.

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