Hace 30 años de esta manera relajante y cool a la vez se publicitaba el edulcorante Barny (sin relación con el dinosaurio rosado, obviamente) pretendiendo venderse como un producto que endulzaba, ayudaba a cuidar la figura pero aparte era de buen sabor, el eterno flagelo de los endulzantes que hace que no le puedan ganar al clásico y adictivo azúcar.
Hoy se lo puede encontrar como parte de La Cumbre San Luis (quienes también fabrican en el país los productos Hileret y Tibaldy) con la etiqueta de Alimentos Dr Cormillot, pero en 1992 se anunciaba como parte de Elvetium Rhodia, un laboratorio que también comercializaba el antiparasitario Flagyl. Ese antiguo Elvetium, que ya no hace ningún tipo de edulcorante, hoy pertenece a la farmacéutica multinacional Teva.
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