Mientras que en la actualidad cada vez más gente abandona el sistema de tv satelital Directv (incluyendo las empresas de producción de canales que retiran señales para volver contenido a sus plataformas) allá por 1997 ese novedoso sistema presentaba para Latinoamérica la posibilidad de alquilar películas por medio de su propio sistema. Madrugando a los aún saludables videoclubs, el servicio de Directv permitía comprar películas por medio de tarjeta de crédito y verla varias veces durante ciertos días, por ejemplo un fin de semana, con una calidad bastante superior a un tradicional VHS. Puede parecer una idea extraña pero hay que aclarar que aun el Internet ni siquiera estaba metido en esto.
A esta especie de "Directflix" se le sumaba la poca interferencia que sí sufrían ciertos canales del cable tradicional, aunque si llegaba a llover se iba todo al diablo. Detalles que lamentablemente no aparecían cuando uno visitaba sus beneficios navegando en su página promocional de la "world wide web".
Una idea revolucionaria que para ser vista en la Argentina todavía había que esperar bastante: como verán en el aviso, sólo estaba disponible en Brasil, México y Venezuela. Al país recién llegarían palpitando el mundial de Francia...
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