El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

miércoles, 19 de mayo de 2021

Las andanzas del pibe Letraset (1981)


Cuando hace bastante comentamos un poco sobre la historia de los Kalkitos habíamos hecho una breve mención a su empresa madre llamada Letraset. Este nombre que posiblemente resuene en la cabeza de muchos cincuentones y puede que se les escape queriendo nombrar otra cosa aparece publicitado aquí en este aviso de 1981: es el Letraset Junior que para no desentonar con la época tiene su propia mascota (un superhéroe rubio que ayuda a chicos morochos, que haría enojar a más de un centennial), la cual era presentada en los denominados Cuentos de las Letras Mágicas. Y si ver la bandera argentina y el guardapolvo blanco de los protagonistas no alcanza para dilucidar el país de origen de la publicidad esa mascota se llamaba simpáticamente "El Pibe Letraset".
Esta empresa nació en Londres en 1959 y dos años más tarde diseñaría el sistema que le daría de comer durante tantos años: el famoso proceso de transferencia de fuentes mediante un simple raspado aplicado a una planchita transparente (denominado Instant Lettering), algo que en la publicidad de hace 40 años se explica detalladamente. De esa forma no hacía falta tener una gran mano para saber dibujar letras: bastaba con usar la plancha de agrado para enmarcar o rotular rápidamente con la letra elegida. No por nada para el mercado infantil era algo realmente "mágico"...
Un verdadero salto cualitativo a la hora de realizar una tarea escolar o una pieza publicitaria, pero también con el paso de las décadas su sencillez fue adoptada por la cultura Punk originaria de la misma ciudad que el Letraset. Difícil tarea entonces para los obsesivos, encargados de que los espacios entre letras sea el mismo,  tratando de seguir una línea recta o preocupados por no presionar demasiado para evitar que a la lera le salgan "arrugas" al descascararse. Además la empresa tenía su propio comité de expertos en diseño gráfico quienes presentaban catálogos anuales y donde también se alentaba a cualquiera mandara proyectos tipográficos nuevos o también, como muestra el aviso de 1981, algún dibujito.
Tras varias décadas de éxito los años 90 encontraron a Letraset ofreciendo una verdadera antigüedad: las planchitas estaban siendo demasiado rudimentarias al lado de los maravillosos softwares de diseño de las computadoras, así que la empresa se vuelva a comercializar sus fuentes en el mundo informático para la marca Macintosh pero no le fue bien. Más allá de vivir de regalías de antiguas creaciones, Letraset de dedicó a vender marcadores (bajo la firma ProMarker) hasta su adquisición en 2016 por la empresa de librería Winsor & Newton, fabricante entre otras cosas de pinceles y acuarelas.
En el arcón de los recuerdos quedaron las mágicas experiencias de despender letras de un papelito para tareas o dibujos, pero mal que nos pese la practicidad de escribir en una pantalla actual usando la tipografía que se nos cante y pudiendo borrar sin mayores secuelas es algo demasiado superador...

No hay comentarios:

Publicar un comentario