En 1953 se develaba finalmente el secreto para tener el toque perfecto en las comidas: se trataba del aceite de oliva Avestruz de Oro producido por Mignaquy y Cía, los también responsables de la Sidra Sagardúa, el fernet y vino aperitivo Trinchier, los cigarrillos toscanos Ottone, la cerveza negra Cabeza de Pero y el también aceite Gloria entre otras cosas menos recordadas.
Durante cierto tiempo se especulaba que el edificio de La Boca llamado también Mignaquy y dedicado a alojar una empresa de logística tenía algún tipo de relación con la antigua empresa fabricante de licores y aceites (y además licenciataria en el país en una época de los combustibles y lubricantes Texaco), pero fueron solo rumores que nunca pudieron confirmarse.
En cuanto a este As bajo la manga, muy probablemente resulte poco atractivo para el mercado actual vender algo que suene como "aceite de avestruz" así que es preferible que al igual que su fabricante sea una marca que siga con la cabeza abajo de la tierra...

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