¿Así que ayer debutó Santiago del
Moro en un programa llamado “Quién quiere ser millonario”? Yo prefiero esperar
unos días más y este jueves y viernes ver la versión conducida por Julián
Weich, como demuestra este recorte de 2001 (con el auspicio de Peugot!) en
donde se ve que hasta con Libreta de Enrolamiento se puede participar.
La versión que realizaba Artear por aquél entonces duró apenas una temporada y, si bien estaba
bastante bien lograda y cuidada, pasó muy rápidamente al olvido. De hecho,
durante muchísimo tiempo en el inconsciente de los medios nacionales la única
referencia a haber escuchado alguna vez algún programa con ese nombre remitía a
aquella película indoamericana tan alabada por la crítica del año 2008 llamada
originariamente “Slumdog Millionaire”. Adentrándose un poco en el Internet, los
últimos años del 2000 regalaron aplicaciones gratuitas (para PC primero y
celular después) para jugar al formato desarrollado inicialmente en 1998. Los Simpsons
y algunos separadores del viejo Cartoon Network también alguna vez parodiaron
la idea de este programa de preguntas y respuestas. Youtube aportó su parte
regalando compilados estadounidenses de participantes que fallaban ante la primer
pregunta, simplemente por ansiosos. Estos indicios ayudaban a mantener viva la
idea que alguna vez ese programa estuvo en la Argentina y que no era sólo un
mito urbano. Una manera de mitigar la extrema fascinación snob que existió en
una época con la mencionada película. Del juego de mesa que también se comercializó directamente no me acuerdo de haberlo visto...
El tiempo pasó y hoy se actualizaron
los sistemas y rememoraron el ciclo de Weich de hace tantos años. Pero además
se dejó deslizar un comentario interesante: que la versión de principios de los
años 2000 resultó un fracaso comercial no sólo por su mala audiencia o su insuficiente
ganancia sino por haber fracasado en la esencia del juego: debido a haberse
desarrollado en época de crisis, los participantes no querían seguir jugando por
cada vez más y más premios debido a que la situación económica apremiaba y por
ende era preferible ir a lo seguro en cuanto se llegaba a medianamente un valor
monetario interesante. ¿Pasará lo mismo ahora? Es la duda que nos quedará
mientras vemos cómo se desarrolla y acomoda este programa que tratará de
gustarle al público argentino luego que la primera versión de antaño no fuera
así: exactamente el mismo desafío que sí lograron atravesar Pasapalabra y El Precio
Justo. Por lo menos Santiago del Moro se va a sacar las ganas de conducir un show de juegos, ya que los memoriosos recordarán que fue elegido en 2006 para conducir Feliz Domingo en Canal 9 y por cuestiones presupuestarias no llegó al estreno. Avisen cuando hagan la remake de Supermatch que va a estar más
interesante…
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