El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

domingo, 6 de enero de 2019

Los Reyes de la casa

Que Los Reyes no te sorprendan sin un oportuno regalito en la mano! Como todos los años El Gran Libro de las Marcas abre opciones para todas las épocas y aptitudes. Juguetes y productos ideales para esos locos bajitos… de cualquier edad.



Pasan las décadas y la bicicleta sigue siendo uno de los más jugosos regalos que pueden venir para esta época, por eso es el primer regalo sugerido. Los establecimientos Brodway, tanto en el primer aviso de 1950 como en el segundo de 1962, no sólo hacía muy buenas bicicletas sino también una gran cantidad de medios de transporte, “joyas infantiles”: triciclo de cartero, lancha, jeep, impala, karting, moto furgón y hasta la Alegretta, una sospechosa moto inspirada en la Siambretta…

Hoy como siempre, los juegos de mesa también son un regalo perfecto. Una de las novedades presentadas en esta publicidad de 1992 es el Indicios, un juego de Edukit que consiste en intentar adivinar a un personaje famoso en base a pistas descifradas de a poco, hasta llegar al indicio más obvio…

El don del ingenio humano para crear cualquier cosa en base a ladrillitos y tornillos se hace visible con este genial juguete de 1972: el Plastikano de Everlindo. Tal como lo sugiere su nombre, tan similar a Mekano, se trataba de un complejo juego de construcción que permitía, manual mediante, hacer grúas, manivelas y hasta un respetable robot ansioso de querer golpear a los padres amarretes…


Siguiendo con el diseño de juguete anterior, la creatividad también vuela con algo bien maleable como la plastilina. La distribuidora Piel Rosé (también famosa por vender todo tipo de muñecas) ofrecía en 1969 El Escultor, un juego que traía “Plastina” para diseñar caras y cuerpos varios… ojo, este juguete tiene patente pendiente. 

Ideal para niños ingeniosos que querían hacer sus propios juguetes y obtener así una autosatisfacción antes que recibirlo todo digerido: en 1973 entre las hojas de Anteojito el quesito Adler auspiciaba esta serie especial de juguetes troquelables que tenían como materia prima simplemente una hoja pegada sobre cartulina y una cajita de Adler. En esta oportunidad se podía armar una bandolina que, para alivio de los padres, no sonaba realmente sino que tenía banditas elásticas de cuerdas…

Los años 80 fueron el boom de los juegos de mesa, y en 1984 la conocidísima marca Yetem se daba el lujo de lanzar este aviso donde reconocía que el TEG era su juego más preciado, pero se las ingeniaba para en unas oraciones chivear todo su catálogo: encontramos así el Espionaje, el Decisión, el 1000 millas y el Bakgammon, entre muchos otros…

Llega la sección de muñecas. En esta oportunidad en este aviso de 1968 se ofrece la línea denominada SuperSol Musi Muñeca. No se trataba de ninguna heroína sino de una nena con cajita musical en su interior. Por se llegaba a ser un juguete demasiado caro, la gente de SuperSol también ofrecía muñecas mudas: María Aurelia, Glenda, Xenia y Sabila. Con semejantes nombres era imposible que un juguetero no ubique qué muñeca se quería…

Una marca inconfundible que sirvió de insulto para denominar a todos los “cabeza dura” de la época: un imponente camión Duravit puede apreciarse en este anuncio de 1977, que increíblemente sugería mil maneras de destruirlo a ver si podía lograr destruirse. Dos detalles más para apreciar: el humor negro del testimonio del nene sobre su papá y el toque emotivo como cierre de todo el aviso, cuando se revela realmente cómo “quebrar” a un juguete así…

Los libros para colorear, y más si son de personajes famosos, son siempre un gran acierto, aunque luego de rayarse corren el riesgo de ser olvidados por ahí: esta publicidad de 1992 trae a los Tiny Toon Aventuras de Steven Spielberg en un libro de 32 páginas para colorearlos como a uno se le cante, dejando volar la imaginación…

Podría venderse perfectamente en el combo para los niños artistas que incluía el libro para colorear: el afamado Espirógrafo, que permitía dibujar gran cantidad de figuras si uno se daba maña. En este aviso de 1971 la empresa Oak Hill Argentina ofrecía el set inicial y aparte se vendían 70 diseños para dibujar hasta hartarse… siempre y cuando no sea la pared! Además tiran la puntita sobre un concurso donde te podías ganar un tocadiscos, una bicicleta o una especie de grabador… 

Para los intelectuales ambientalistas y biólogos en desarrollo, cosas con imágenes de animales satisface mucho también. En 1988 Ledafilms ofrecía este solemne colección de VHS de National Geografic para aprender sin salir de casa sobre tigres, osos panda, caimanes, leones y también otros temas como “Máquinas Milagrosas”…

Puede costar imaginárselo hoy, pero en 1950 se ofrecía un regalo que se jactaba de ser “científico” e ideal para futuros ingenieros. Era la máquina de vapor Efesto, una creación de la empresa “707”. Una vistosísima máquina que ofrecía aprendizaje sobre el uso de poleas, calderas, cigüeñales, ejes y válvulas de seguridad. Inclusive dejaba el mensaje esperanzador que alguien de 80 años todavía tiene tiempo para recibirse de ingeniero…

Otra muñeca y su imperio de accesorios para seguir comprando eternamente. Del año 1957 llega la Jueguetona Linda Miranda, que era capaz de anunciar en su propio anuncio a otros juguetes que traía la marca Jugal. Puede costar creerlo, pero venían juguetes de pulverizadores para mosquitos, de heladerita o de licuadora. Cuántos girovoladores se habrán perdido por ahí…

En 1970 el 2000 era algo bien pero bien lejano, así que nadie iba a venir 30 años después a reclamar que tal vez el Peliopticon no resultó ser el juguete de ese año. Este recontracomplejo aparato nerd permitía crear en pocos minutos diversos instrumentos como microscopios, lupas, periscopios, binoculares, telescopios y catalejos. Atención, porque parece que sólo lo pueden comprar padres varones…

Otro juego de mesa se hace presente y de 1991 encontramos el Identicards de Edukit. Este sistema de juego sigue siendo popular en la actualidad como siempre: simplemente pegarse un papel en la frente y preguntar y preguntar hasta saber qué objeto, persona o lugar se está hablando. Curiosamente, se incluía el detalle de poder comprarse en efectivo o tarjeta…

Y siguen las muñecas marchando por la juguetería: de 1950 llegan las Bebilandia, que anunciaban llegar de un país de Maravillas, sin ninguna relación con Alicia. Chiquita, Lita o Bebita estaban disponibles en estimativamente 50 cms de altura con los más pomposos y lujosos vestidos… 

Ya en el fondo de la juguetería queda este juguete que no es para cualquiera: el Identikisimo Pompita, de 1970. Ofrecía partes de una cara para armar y volver a armar rostros de la familia o bien de algún prócer, como los citados Sarmiento o San Martín. De esta forma, “los niños tendrán una noción precisa sobre la conformación de un rostro en sus diversas variables”… lo habrá logrado? Más curioso todavía es el hecho que hasta 4 niños al mismo tiempo podían jugar con él…

Clásico de clásicos, en este aviso de 1993 de la española Ediciones B llegaba una vez más el conocido y querido Wally de Martin Hanford, que permitía pasarse horas tratando de localizarlo entre medio de miles de inoportunas personas. Toda una paradoja que el slogan de Ediciones B era “Los libros más nuevos para el viejo placer de leer” cuando en realidad los libros de Wally no se leían…

Y si, un buen regalo puede ser también la llegada de un primer (o segundo o tercer) celular. Este folleto de 2017 de Tuenti ofrecía para un público bien joven Whatsapp ilimitado y varios planes prepago para ofrecer…

Y llegamos al final de las opciones para esta fecha. Antes de despedirnos queríamos mostrarles este curioso maletín Juliana de 2018: es el Juliana Tatuajes, que le permite a las chicas a llenarse brazos, piernas, espalda y pecho con tattoos temporales. Una idea bien diferente comparativa a las primeras valijitas Juliana aparecidas en 1984. Se imaginan un producto así en otras épocas?

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