El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

jueves, 11 de octubre de 2018

Cólera, no te tenemos miedo! (1992)


¿Es posible publicitar un producto aprovechando tragedias nacionales? Puede generar algún conflicto ético, pero es totalmente posible. Aquí tenemos un ejemplo: en el medio de la sicosis provocada por el cólera a principios de los 90 en la Argentina (en el contexto de una epidemia que provocó más de 20 muertes y 700 enfermos) la empresa farmacéutica Schering Plough, desaparecida en 2009, decidió que era el mejor momento para traer al mercado nacional las Puritabs. Éstas eran unas tabletas efervescentes que eran publicitadas en Europa como un método práctico para obtener agua potable cuando se salía de viaje o excursión. Sin embargo, en un país con gran parte de su población sin cloacas o ni siquiera letrinas, Puritabs se vendía como la solución contra el condenado cólera además de prevenir la hepatitis y la gastroenterocolitis. Lo que en el Primer Mundo era un gusto para un día de campo, en la Argentina era de necesidad y urgencia para subsanar la inoperancia del Estado. Una actitud similar ocurre con los insecticidas, que cuando la situación lo amerita dejan de ser simples matamoscas y mosquitos y salen publicitados con gigantescos carteles como los héroes que combaten el dengue, el zika y la fiebre chikunguya. A pesar de las ventajas económicas que se anunciaban, las Puritabs no pudieron contra la austera acción de hervir el agua y colocarle algunas gotitas de lavandina, así que no se las supo ver por mucho tiempo dando vueltas. Desde que su empresa fabricante mutara de nombre en 2009 a Merck & Co, estas tabletas potabilizantes pasaron a denominarse Aquatabs, pero el nombre antiguo persiste en el inconsciente de mucha gente, al punto tal que en su propia página web Aquatabs debe aclarar que el otro nombre es tecnología antigua, cuando todavía el SITEA asustaba por estas tierras…  

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