Hace 10 años comenzaban los Juegos Olímpicos de Beijing. Un hecho que
internacionalmente pasó bastante desapercibido, de no ser por aquellas fotos
que muestran el deplorable estado de los estadios abandonados desde hace una
década. Aquellos Juegos Olímpicos aprovechados por el régimen chino (no exento
de polémicas en torno al Tíbet) se jactaron de ser los más caros y tecnológicos
hasta la fecha, aunque ceremonias posteriores como la de Londres o Río terminaron
teniendo mucha más “alma” que la fría precisión oriental. Las marcas no se quedaron
afuera de semejante evento, y envalentonadas por la muy buena perfomance
argentina de Atenas, esta vez largaron grandes campañas de marketing al estilo
Mundial de Fútbol: había vasos de colores de Macdonalds, institucionales
emotivos de Telecom, enviados de todos los canales (principalmente deportivos),
murales de Claro con el color rojo bien representativo, llaveros y latitas de
Coca Cola con las mascotas oficiales, campañas solidarias con los productos
P&G… y en el medio de todo hasta una marca de indumentaria para el polo
pudo meter la cuchara. De esta forma llegamos a esta publicidad, para nada
colorida pero efectiva a la hora de enlazar la marca La Martina con el orgullo
de haber sido el polo el primer deporte argentino en traer una medalla olímpica
y deseándole mucha suerte a los atletas en el evento por comenzar…
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