Que doña Mamá
Luchetti lance algún nuevo producto cada
tanto no es algo que sorprenda a nadie: todos los años o por lo menos año por
medio alguna idea rara (con publicidad bizarra incluida) aparece sin falta.
Pero que de la nada su competencia, que permanece inerte desde hace años, mueva
un poco las piezas y haga dos cambios importantes luego de añares sí es algo
para destacar. Este año Giacomo no solamente cambió el logo de sus empaques
sino que se animó a lanzar un nuevo producto: los Giacomo Raviolini. El origen
de esta marca de pasta seca se remonta a 1981 cuando los encargados de producirla eran los de la fábrica Euralim,
una empresa que por esos mismos años pasó a manos de Camilo Vallarino Gancia
(el mismo fabricante del aperitivo, obviamente), es decir el dueño de Cepas
Argentinas. Así y todo, gran parte de la población los ubica a partir de los
años 90, cuando se fueron popularizando publicidades donde se reforzaba la idea
de que eran pastas fortificadas y vitaminizadas para niños. Mientras que en las
series y películas estadounidenses la pasta infantil son los “macarrones con
queso” (tirabuzones para nosotros) en esta parte del mundo los capelettis se quedaron
con esa denominación. Al igual que las Patitas de Granja del Sol, se
convirtieron en un sinónimo de comida casi lista pensada para chicos pero
también consumida por los grandulones exchicos que siguen buscando la comidita
de mamá. El sabor concentrado de pasta deshidratada Giacomo es inconfundible y
a la vez irresistible para muchos niños, así como insoportable para muchos
padres más amantes de la pasta fresca. En 2009 la empresa de Gancia se fue
especializando sólo en el rubro bebidas y decidió desprenderse de El Noble
Repulgue y la mencionada fábrica de pastas, pasando desde 2010 a manos de La
Virginia. Los fabricantes del café y el té de los 5 minutos revitalizaron de a
poco la marca lanzando una cantidad mucho mayor de comerciales para una marca
que durante los años 2000 sólo se los recuerda por haber lanzado aquella
insoprotable canción de niños pidiendo comer “shacomo” como si fueran de todas
partes del mundo. Los nuevos dueños se animaron a más y fueron capaces de crear
una canción más horrible todavía, la denominada “Yo como Capeletinni” que a
propósito se confunde con el término “Giacomo” al principio. De dicha canción
aparecieron versiones de ópera, de pop, de rock… y en 2018 nuevamente sacan un
cover del mismo tema para anunciar la llegada de los Raviolinis. Nombramos a
Luchetti al principio ya que ellos fueron los que dieron el primer golpe hace 6
años cuando lanzan los Luchetinnis, capelettis de sabor similar dispuestos a
competirle a los Giacomo que aparte de eso otra cosa no hacían. En 2017 sumaron
los Raviolis: microscópicos cuadrados de pasta que intentaban tener algo de
sabor. No se sabe si estos ravioles infantiles fueron un boom de ventas: la
cuestión es que Giacomo luego de siglos se ha despertado de su letargo de sólo
hacer capelettis y ha creado también sus raviolitos para niños, tanto en el
sabor que vemos en la foto (cuatro quesos) como también zapallo y pollo. Si
forman parte de los simpatizantes de los capelettis de antaño, se lamenta
comunicar que estos ravioles casi ni gusto tienen. No son de mala calidad y un
mínimo de relleno se les puede distinguir, pero no tienen sabor por sí solos
como los tradicionales de Giacomo: mientras que los capelettis con agua y sal ya
pueden comerse, a éstos les convendría ponerles una buena salsa y/o queso para
sentir que uno está comiendo algo. No se trata de un producto que vaya a
revolucionar el mercado (sobre todo teniendo en cuenta la gran cantidad de
madres naturistas anti productos artificiales como éste) pero es un sacudón
importante para una marca ya recontra instalada en un solo lugar y que no se
estaba arriesgando a nada más. A partir de ahora Giacomo no es sólo el
verdadero apellido de Cris Morena y los capelettis… ahora también hay
raviolinis! Probablemente esto no les cambie sus vidas pero igual se los tenía que decir...
El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
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