Durante todos
estos días se ha vuelto noticia qué va a pasar con los medios pertenecientes al
Grupo Indalo: sigue sin saberse a manos de quién van a terminar, si es que eso
va a ocurrir en algún momento. El grupo empresario de Cristóbal López que hasta
hace algunos años se daba la fastuosidad de celebrar grandes fiestas para anunciar
los lanzamientos de cada año en sus respectivas radios y productoras se ha
convertido en un cambalache de empresas que van desde la producción de jamón
crudo y aceite de oliva, un banco patagónico, una petrolera hasta la ex
productora de Diego Gvirtz. Dicho conglomerado abandonó hace rato sus épocas de
bonanza económica y hace todo lo posible (o no tanto) para esquivar la inminente
bancarrota. Dentro de todo este masacote de empresas hubo una que abandonó sus
actividades hace un tiempo y no tuvo
posibilidades de ser rescatada como sus excompañeras: hablamos del dulce de
leche patagónico La Salamandra, otra de las empresas del Grupo Indalo entre los
años 2011 y 2014. Dicho período fue el más mediático de su historia, siempre estando
en las noticas del mundo empresarial gracias a su movedizo dueño. Sin embargo,
esta marca de dulce artesanal tiene una historia mucho más extensa que la más
ampliamente conocida: de esa época rescatamos esta publicidad de 2003, cuando
La Salamandra buscaba reposicionarse en el mundo del dulce de leche premium luego
de la crisis vendiendo productos de alto valor agregado como los helados “La
Granja” de la foto. Tan seguros se quisieron quedar que el consumidor relacione
estos helados con su querido dulce que se encargaron que la expresión “dulce de
leche” estuviera repetida la mayor cantidad de veces posible a lo largo de todo
el aviso, sin temor a empalagar. La Salamandra nace en 1991 cerca de la
localidad bonaerense Luján como una empresa alimentaria formada por los socios
Cristina Miguens y Javier González Fraga, aquél famoso economista de la tv.
Siempre se dedicó a la fabricación del mismo tipo de dulce pensando en un
mercado gourmet, aunque luego también probaron suerte desde 1996 con la mozzarella
de búfala (Bufarella) y de vaca, llamada Fior di Latte. Desde 2001 solo queda
Miguens como dueña absoluta, manteniendo el negocio de pyme exitosa exportadora
de dulce a más de 25 países, y es ella quien 10 años más tarde le vende la
empresa a López. En este último período se planificó el posicionar a La
Salamandra como una de las marcas más importantes del segmento, ampliando su
planta y desarrollando en Palermo Hollywood un bar temático de dulce de leche y
mozzarella (pensando el desarrollo de franquicias a lo Havanna) pero el aumento
de los costos de la época derivó en el tan mediatizado cierre de 2014. Restándole
dramatismo, en aquél entonces no se habló de un cierre o venta definitiva sino
en una simple suspensión queriendo reabrir en otro momento, pero dicha acción
quedó en el olvido. Lo que sí ocurrió en 2016 fue el regreso de la marca bajo
una Cooperativa de Trabajo. En sus planes existe la reposición total de todos
los productos que anteriormente supieron hacer (no sólo la mozzarella sino
también el queso de cabra que hacían desde 2003) pero por el momento se
encuentran haciendo volver al mercado al tradicional dulce de leche. Por
razones obvias ya no puede conseguirse con la misma facilidad que antes, pero
los expertos en el tema afirman que su calidad permanece intacta. Los pocos
trabajadores que quedaron en la empresa tienen muchas ganas de trabajar, pero
eso no los hace aceptar cualquier cosa: según ellos le comentaron al sitio El Civismo,
fueron los encargados de denunciar que Indalo vaciaba la empresa y buscaba
bajarle la calidad a los productos, hicieron guardia en la planta para evitar
que confiscaran elementos de la fábrica (tal como hicieron en la Cooperativa de
la ex Cristalux) y se animaron a aguarle el show a Tinelli cuando irrumpieron
en el medio de uno de sus programas para hacer ver su difícil situación. Tal
vez en un poco tiempo más el dulce La Salamandra regrese a sus tradicionales
sitios de venta capitalinos, pero por el momento la historia de esta empresa
despechada por Indalo es un excelente antecedente para que los trabajadores de
C5N, Radio 10, Minuto Uno y demás tengan idea cómo hacer para seguir trabajando
si todo termina de explotar en los próximos meses… y en cuanto a Tinelli, a lo mejor tienen
suerte y los apoya en una protesta multitudinaria para que al pobre conductor también
le paguen lo que le adeudan…
El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
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