Se sabe decir en
el mundo marketinero que cuando una marca muere, no hay forma que resucite: una
vez que fue borrada de la cabeza de los consumidores, no hay manera de que
pueda volver a tener chances de reaparecer en el mercado. Sin embargo, esto
puede ser tomado de manera bastante relativa: empresas que por alguna u otra
razón cerraron crearon marcas que si bien en su momento no cumplieron con las
expectativas de venta obtuvieron una importante revancha por medio del
Internet: de repente, un producto que parece haber sido olvidado o fracasado,
revive en blogs y redes sociales gracias a los adeptos que nunca aceptaron su
desaparición. Debido a estas movidas algunos emprendedores se pueden animar con
más seguridad que antes a intentar revivir marcas sentenciadas a muerte en
otras épocas. Es en este contexto que en los últimos meses reapareció
increíblemente una marca que hace varias décadas no se sabía nada de su
paradero: hoy pueden conseguirse salchichas CAP, la sigla del frigorífico de la
Corporación Argentina de Productores de carne. El logo es exactamente el mismo
que el de antaño, aquél que empezó a hacerse famoso en 1935 cuando se fundó la
corporación que tenía el objetivo de controlar y defender los precios
ganaderos. Tras sucesivas intervenciones gubernamentales, comenzó a funcionar
en los años 60 como una pseudocooperativa que manejaba frigoríficos de todo el
país, incluyendo al mítico La Negra. Justamente esa marca que antiguamente supo
tener una línea completa de productos enlatados volvió hace varios años como la
imagen de picadillo y paté. Bajo el nombre CAP se llegaron a ver rellenos para
empanadas, albóndigas enlatadas, mermeladas, hamburguesas, viandadas, etc. Llegaron
a manejar marcas como Swift, Armour, La Blanca, Wilson y la ya mencionada La
Negra. Comenzó su debacle en 1979 provocando el sucesivo cierre de sus
filiales, siendo la última de ellas la que se encontraba en Cuatreros, que duró
hasta mediados de los 90. En 2004 se dispuso su liquidación y durante todo este
tiempo no se supo más de la marca (salvo artículos retro en una gran cantidad
de medios gráficos y digitales), hasta que un frigorífico de nombre Rhyohans ha
vuelto a producir salchichas usando la recordada sigla. El producto en sí es
bastante económico (14 pesos si se tiene en cuenta que las Paty valen cerca de
25 y hay variedades de hasta 30) y si bien no le llega a la calidad de salchichas Premium como las Vieníssima o
las Granja Iris, son bastante pasables. Veremos
si más adelante aparecen más productos o alguna publicidad en televisión para
volver a imponer semejante marca clásica...
Aprovechamos esta oportunidad también
para hacer mención a otra marca que hace varios años que ha vuelto pero que aún
no había sido comentada por aquí: hablamos del Naranjín, el tradicional jugo en
envase de naranja plástica que podemos ver gracias al aporte de Patricia Guananjay.
Fue un furor en los años 80 y como vino, desapareció sin dejar la más mínima
huella (ni siquiera de una supuesta naranja, aunque siempre se sospechó que de
esa fruta sólo tenían el nombre) regresó entre 2014 y 2015 con el slogan "El de toda la Vida" para deleite de
muchos que aún añoraban intoxicarse con este producto tal cual hacían en su
niñez. Sin ninguna relación con la mascota de España 82, este jugo también supo tener un hermano poco recordado, pero que también ha vuelto: el Manzanín, con el supuesto jugo de ya saben qué fruta...
Y como yapa respecto al tema de las salchichas, hacemos un comentario
extra dedicado a las nuevas Granja Iris, tipo americana: no se pudieron probar
a la parrilla como recomiendan pero daban la sensación de tener un poco de piel
y un sabor ahumado irresistible, aunque tal cual ocurre con sus variedades
clásicas, light y con cheddar, sólo vienen 5. Recomendables para experimentar…
Podridos.!
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