Como bien se
sabe, Arcor es la multinacional más grande del país y su nombre resuena en
miles de sitios alrededor del mundo. Gran parte de sus productos son industria
nacional, pero eso no quita que también produzcan otras cosas en las diversas
plantas que tienen alrededor de Sudamérica. Dichos artículos rara vez se los ve
por el mercado nacional, encontrarlos es una casualidad que a veces no se
repite. La amplia mayoría se queda en su país de origen y ni se ven por acá:
por ejemplo en Brasil se comercializa un Bon o Bon sabor coco que en estas
tierras no se vio jamás. En este caso presentamos dos de esos productos
foráneos, que han tenido la rara coincidencia de aparecer al mismo tiempo en
ciertos lugares. Por un lado están las obleas Arcor, en este caso sabor limón,
pero también vienen de frutilla y chocolate. La marca Arcor nunca pudo por su
cuenta imponer una oblea en el mercado. Actualmente son dueños de las Ópera,
pero ellas son “prestadas” de Bagley. Allá por el 2000 lanzaron sus primeras
obleas, sólo disponibles en una insípida vainilla. Luego de años de no volver a
aparecer, entre 2009 y 2010 se llegaron a ver unas obleas Arcor fabricadas en
Brasil. Eran grandes paquetes a precios convenientes, pero con una curiosidad:
el diseño de esos paquetes era igual igual a las brasileras Bauducco. Nunca se
explicó oficialmente esa burda similitud, pero así como vinieron se fueron de
un día para el otro. Debajo aparece el segundo producto extranjero: un
chocolate con leche con un relleno a base de coco, hecho en Chile. Una
combinación interesante de probar pero que nunca fue comercializada oficialmente
en el país. Puede notarse también el hecho de que pertenece a otro país por
esos llamativos carteles octogonales con advertencias nutricionales,
inexistentes aquí. Los pequeños avisos que suelen haber sobre azúcar y calorías
pasan inadvertidos por la mayoría, pero en el caso del chocolate chileno son
bastante ineludibles. Da culpa luego de leerlo igual pretender comerlo. En
ningún lado lo dice, pero estos productos probablemente se consigan por tiempo
limitado. El que esté dispuesto a probarlos, no encontrará sabores del otro
mundo pero por lo menos son pasables. Así van a poder decir que han probado
creaciones argentinas hechas en el exterior. Una expresión que suena muy
sofisticada y elegante para sorprender a los demás…
El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
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