En tierras como San Juan donde lo árido y caluroso es
primordial durante casi todo el año, ideas relacionadas con refrescarse son
siempre bienvenidas y llamativas. Es lo que ocurrió en los últimos días con la
cadena de helados local llamada Portho Gelatto. La empresa nacida en 1998, y
con bastante buena imagen y productos, decidió llevar adelante una estrategia
de marketing interesante: celebrar el 18 de febrero pasado el día del helado.
Ese día, no solamente se inauguraron dos grandes locales (uno de ellos ubicado
en el tradicional sitio de donde nació la marca, el departamento Rivadavia)
sino que se realizaron una gran cantidad de promociones y degustaciones.
Inclusive en los días previos los dueños de la empresa junto con algunos de sus
empleados se dedicaron a regalar helado en puntos estratégicos de la provincia.
La idea de disponer un día del helado no es nueva: en Buenos Aires la cadena de
helados artesanales Daniel dispuso como día similar al 7 de octubre pasado,
regalando cremas heladas en sus respectivos locales, con motivo de su
aniversario 37. Una cadena paraguaya llamada Amandau lo festeja el 3 de
septiembre, para la empresa anglosajona Ben & Jerry’s (de Unilever) ese día
se gesta en las últimas semanas de abril y en Europa y Perú dicho día es el
trstemente célebre 24 de marzo. Volviendo a Portho Gelatto, esta firma se hizo
famosa a partir de 2001 como una marca nueva y de buena calidad, un helado “fashion”
por así decirlo. De esta forma se le competía de igual a igual a las
tradicionales heladerías cincuentenarias, abandonando la idea de helado como
postre familiar y gestando el concepto de “capricho/antojo de treintañero”. Y
aunque Portho Gelatto no es la única empresa local que le da batalla a gigantes
como Grido, vale la pena recordar aquí también dos empresas clásicas de San
Juan en el mundo del helado: por un lado tenemos a Habana, muy tradicional
empresa local dedicada a las cremas heladas. Es considerada la fabricante de
helados más cara de la provincia, y también los de la mejor calidad posible. Lo
más Premium que puede haber. Sus locales siempre fueron vistosos y alegres:
llenos de juegos para niños (llegaron a tener un local para fiestas infantiles
que tenía una calesita enorme adentro), pitucas mesas para sentarse a tomar
algo y unas enormes vitrinas donde las cremas se disponen en coquetos
rectángulos a la vista de todos. Es decir que siempre se ven los colores y el
aspecto de los helados (siempre decorados con frutitas o trozos de algún
chocolate), no están tapados dentro de un tacho o con una tapa metálica. Es el
sitio ideal para curiosos: se puede ver de fondo las máquinas y contenedores
donde se elabora el helado artesanal. Además Habana es pionera en, desde hace
20 años, también vender café en sus locales. Junto con Soppelsa representa las
marcas más antiguas de helado sanjuanino, pero la anterior nombrada hace rato
desapareció. Habana fue además durante muchos años la única heladería abierta
en invierno, en tiempos donde no estaba tan difundido el tomar helado fuera de
estación. Por último haremos también mención a Las Malvinas, otra muy buena
heladería local con también décadas a cuestas de trayectoria. También sus
cremas son muy buenas y variadas, y también tienen su patio infantil para
chicos. Es algo más tradicional en
cuento al diseño de su local (cucuruchos pegados en un cartel con los precios,
mostrador chiquitos con los gustos metidos en tachos), casi podría decirse que
es tan clásica que parece un poquito quedada en el tiempo y está lejos del
barroco de Habana o del estilo “after office” de Portho Gelatto, pero como se dijo
anteriormente su calidad los salva de todo. Y a diferencia de Habana, que con
tanta perfección y precios altos está casi siempre vacío, Las Malvinas es un
completo atolladero de gente en las noches de verano. Y de esta forma se
termina este pequeño resumen con heladerías típicas y bien diferentes de la
provincia, espero que si se le despertaron ganas de tomar (o comer?) helado
puedan saciar sus ganas en algún lugar cercano, sin tener que esperar hasta el
próximo Día del Helado…
El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
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