El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

sábado, 20 de febrero de 2016

Un Día Helado


En tierras como San Juan donde lo árido y caluroso es primordial durante casi todo el año, ideas relacionadas con refrescarse son siempre bienvenidas y llamativas. Es lo que ocurrió en los últimos días con la cadena de helados local llamada Portho Gelatto. La empresa nacida en 1998, y con bastante buena imagen y productos, decidió llevar adelante una estrategia de marketing interesante: celebrar el 18 de febrero pasado el día del helado. Ese día, no solamente se inauguraron dos grandes locales (uno de ellos ubicado en el tradicional sitio de donde nació la marca, el departamento Rivadavia) sino que se realizaron una gran cantidad de promociones y degustaciones. Inclusive en los días previos los dueños de la empresa junto con algunos de sus empleados se dedicaron a regalar helado en puntos estratégicos de la provincia. La idea de disponer un día del helado no es nueva: en Buenos Aires la cadena de helados artesanales Daniel dispuso como día similar al 7 de octubre pasado, regalando cremas heladas en sus respectivos locales, con motivo de su aniversario 37. Una cadena paraguaya llamada Amandau lo festeja el 3 de septiembre, para la empresa anglosajona Ben & Jerry’s (de Unilever) ese día se gesta en las últimas semanas de abril y en Europa y Perú dicho día es el trstemente célebre 24 de marzo. Volviendo a Portho Gelatto, esta firma se hizo famosa a partir de 2001 como una marca nueva y de buena calidad, un helado “fashion” por así decirlo. De esta forma se le competía de igual a igual a las tradicionales heladerías cincuentenarias, abandonando la idea de helado como postre familiar y gestando el concepto de “capricho/antojo de treintañero”. Y aunque Portho Gelatto no es la única empresa local que le da batalla a gigantes como Grido, vale la pena recordar aquí también dos empresas clásicas de San Juan en el mundo del helado: por un lado tenemos a Habana, muy tradicional empresa local dedicada a las cremas heladas. Es considerada la fabricante de helados más cara de la provincia, y también los de la mejor calidad posible. Lo más Premium que puede haber. Sus locales siempre fueron vistosos y alegres: llenos de juegos para niños (llegaron a tener un local para fiestas infantiles que tenía una calesita enorme adentro), pitucas mesas para sentarse a tomar algo y unas enormes vitrinas donde las cremas se disponen en coquetos rectángulos a la vista de todos. Es decir que siempre se ven los colores y el aspecto de los helados (siempre decorados con frutitas o trozos de algún chocolate), no están tapados dentro de un tacho o con una tapa metálica. Es el sitio ideal para curiosos: se puede ver de fondo las máquinas y contenedores donde se elabora el helado artesanal. Además Habana es pionera en, desde hace 20 años, también vender café en sus locales. Junto con Soppelsa representa las marcas más antiguas de helado sanjuanino, pero la anterior nombrada hace rato desapareció. Habana fue además durante muchos años la única heladería abierta en invierno, en tiempos donde no estaba tan difundido el tomar helado fuera de estación. Por último haremos también mención a Las Malvinas, otra muy buena heladería local con también décadas a cuestas de trayectoria. También sus cremas son muy buenas y variadas, y también tienen su patio infantil para chicos.  Es algo más tradicional en cuento al diseño de su local (cucuruchos pegados en un cartel con los precios, mostrador chiquitos con los gustos metidos en tachos), casi podría decirse que es tan clásica que parece un poquito quedada en el tiempo y está lejos del barroco de Habana o del estilo “after office” de Portho Gelatto, pero como se dijo anteriormente su calidad los salva de todo. Y a diferencia de Habana, que con tanta perfección y precios altos está casi siempre vacío, Las Malvinas es un completo atolladero de gente en las noches de verano. Y de esta forma se termina este pequeño resumen con heladerías típicas y bien diferentes de la provincia, espero que si se le despertaron ganas de tomar (o comer?) helado puedan saciar sus ganas en algún lugar cercano, sin tener que esperar hasta el próximo Día del Helado…




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