El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

martes, 17 de noviembre de 2015

Una marca siempre al dente


El nombre Matarazzo es inevitable relacionarlo con el mundo de las pastas. Pero a diferencia de otras marcas del mundo, este apellido efectivamente existió y no es un invento comercial de una empresa para simular calidez. El fundador de esta marca se llamaba Constábile Matarazzo (hermano de Francesco Matarazzo, un gran empresario del Brasil de principios del siglo XX), quien en 1899 tras migrar de su Italia natal creó una de las fábricas de pastas más emblemáticas de la Argentina. El concepto de producir a gran escala en una gran fárica comenzó en 1942, cuando inauguraron su primer planta, 6 años antes de la muerte del inmigrante italiano fundador. Sin embargo no se dedicaron únicamente al negocio de los fideos: aunque muchos no lo sepan, los Matarazzo tuvieron algunos años de esplendor fabricando juguetes de hojalata litografiada (y en menor medida juguetes de madera), los cuales se comercializaron entre 1937 y 1959. Durante ese período produjeron un gran catálogo infantil, el más grande de Latinoamérica, que incluía autos, limosinas, colectivos, tanques de guerra, cocinitas, trompos, juguetes de playa y de arrastre, camiones, barcos y hasta pequeñas Vuelta al Mundo. Luego vendrían tiempos de crisis durante las décadas del 60 y 70, a tono con la economía del país. En 1973 la planta de Matarazzo sería por primera vez tomada por sus trabajadores. A este inadmisible hecho se le sumaría un gran período de lucha sindical, despidos masivos y represión policial. Este período conflictivo caló hondo en los propietarios de la marca hasta ese entonces, vendiendo la compañía en 1978 a Molinos Río de la Plata, cuando estaba manejada por Bunge & Born. A partir de allí, la marca se la relaciona íntimamente a Molinos y el tiempo la convirtió en una pasta de calidad, con mucha variedad de sabores y formas y que a pesar de ser cara vale la pena comprarla. El negocio de los juguetes ya es pasado. En los avisos de las imágenes vemos dos épocas muy distintas: la primera corresponde a 1989, cuando Matarazzo anunciaba la llegada de una nueva línea de ravioles bajo la marca internacional Frescarini, un nombre que no logró funcionar en la Argentina pero sigue siendo un éxito en otros países bajo su actual dueño General Mills. La siguiente imagen ya es del año 2000, en pleno proceso de transición entre los antiguos dueños de Molinos, Bunge & Born, y los actuales Pérez-Companc. Revitalizaron fuertemente a Matarazzo por ejemplo sacando esta línea premium (algo muy de moda en esa época) llamada Riceta Originalle. Sin embargo, Molinos sentía que existía un competidor muy fuerte que Matarazzo no lograba vencer: las pastas Luchetti. Tras comprar la marca en 2001, ambos productos hermanos compiten pero bajo el mismo tutor. Lo mismo ocurrió con muchos otros competidores; con el tiempo pasaron al portfolio de Molinos también las pastas Delverde, Don Vicente y Manera. Y más recientemente, a las marcas de Terrabusi (Don Felipe, Vizzolini y Canale). Llegamos al presente, con un Matarazzo abandonando su target de empresa armoniosa y familiar y volviéndose una marca juvenil y revoltosa. La campaña de publicidad "Rock the Pasta" es de los mismos creadores que Mamá Luchetti. Y para terminar, les hago pensar esto: ¿Por qué los fideos que Matarazzo lanzó en el 2000 tenían un paquete amarillo? ¿Acaso así pensaban robarle mercado a Don Felipe? de ser así, al pertenecer ahora ambos a la misma familia, un producto ya no tiene razón de existir. Por eso Matarazzo ahora tiene productos rojos, bien diferenciales. Aunque nada nos asegura que en un futuro termine siendo absorbida por Luchetti también... 

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