Hoy cuesta imaginárselo mucho, pero durante bastante tiempo este vistoso elemento fue la única manera de enviar imágenes a distancia, sin llegar a utilizar el correo. El fax, en realidad llamado facsimil, era capaz de enviar tanto texto como fotos hacia otra máquina de fax que pudiera recibirlo, utilizando la línea de teléfono convencional. Los primeros aparatos considerados faxes fueron creados por Xerox a mediados de los 60 (previamente a ello ya habían existido una gran cantidad de aparatos capaces de la misma tarea pero utilizando sistemas de transmisión por cable o inalámbricos, historia que comienza casi a la par de la invención del telégrafo) y pasaron a convertirse en un sistema bastante popular en los tiempos analógicos. Ya para fines de los 70 y principios de los 80 el fax era una herramienta bastante común, y ninguna empresa u oficina que se dignara de ser serie y sofisticada le podía faltar el número de fax al lado del número de contacto telefónico. Otra función importante de ellos era el envío de imágenes y datos para los diarios y otros medios de comunicación. Todavía me acuerdo cuando, llendo al jardín de infantes, nos mostraron cómo un dibujito hecho por un compañero fue mandado desde el fax de la dirección de la primaria hasta el de la secundaria. Y nosotros corriendo para ver si llegábamos antes que el mensaje! Aunque hoy eso resulte ridículo, a pesar de apurarnos tanto cuando se llegó la hoja estaba terminando de imprimirse, obviamente en blanco y negro. La publicidad de la foto ya implica un período de transición, ya que el aparato promocionado por Toshiba ofrecía la posibilidad de conectarse a la PC, hecho que hoy se reemplaza con un simple emulador. Otro elemento que marca la época del aviso es el papel bond, papel de mayor categoria que no todos los faxes sabían utilizar. Hoy está implícito que cualquier multifunción o impresora que se compre acepta cualquier tipo y medida de papel, salvo que especifique cuál no. Aún hoy igualmente se siguen utilizando los faxes para funciones mínimas en comparación a otros años (incluso sólo se los utiliza para sus usos multifunción incluídos, como la fotocopiadora), aunque es más difícil de conseguirlos nuevos. Es casi inevitable que el término "fax" se escuche retro ya. Tan antiguo como el programa de Nicolás Repetto del mismo nombre.
El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
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