El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

domingo, 30 de agosto de 2015

Estamos todos (Hie)locos

Así como en épocas anteriores los niños se divertían coleccionando muñequitos de Jack o del Kinder, los chicos de fines de los 90 y principios de los 2000 tomaron la posta y lo que quedó más representativo de su generación fueron estos muñequitos de plástico, llamados Hielocos algunos y Tolas Digimón otros. Estos juguetitos provenían todos de un ancestro común: los Gogos, juguetes de plástico griegos que no son otra cosa que la versión moderna del clásico juego de la taba. Estos muñecos nacen en 1995, y a partir de allí se expande su popularidad internacional, tanto con la marca propia Gogo como versiones del juguete hecho por otras empresas. Una de las más importantes fueron los Hielocos, fabricados por Coca Cola. Aparentemente nacieron en México, pero se expandieron por toda Latinoamérica. Estos simpáticos bichitos habrían nacido del contacto de hielos comunes con la famosa gaseosa, hecho escalofriante para los que opinan lo tóxico y perjudicial que puede ser la Coca Cola. En fin, estos mutantes tuvieron varias ediciones en otros países, pero en Argentina hubo una sola en 1998. Canjeando tapitas y un poco de dinero, te ganabas un sobre con uno o dos de los muñequitos, junto con una tarjeta de presentación con el nombre del personaje 8todos inspirados en objetos comunes: tren, teléfono, televisor, salvavidas, etc) más algunos stickers. A falta de álbum, fueron a parar a miles de ventanas, puertas, carpetas y autos. Además, en las etiquetas de Coca Cola podías ver a trasluz la silueta de uno de los personajes, una especie de horóscopo-promoción para ganar algo. Avanzamos hasta 2001 y vemos la respuesta de Pepsi a este fenómeno mundial: las Tolas de Digimón. Increíblemente, estos personajes no tuvieron tanta difusión mundial, y Argentina fue uno de los pocos países privilegiados en tenerlos. Los muñecos-digimón estaban obviamente inspirados en la serie japonesa, pero tenían varios colores y texturas: algunos eran transparentes, otros eran opacos y hasta dorados. Inclusive podían tocarte los que tenían algún detalle pintado en el cuerpo. Además algunos de ellos brillaban en la oscuridad. Sí o sí te tocaba una tola en cualquier paquete de snacks de Pepsico que abrieras, pero en los grandes además podías ganarte el tazo ganador que te permitía adquirir el Porta-Tolas: la cabeza de uno de los personajes de la serie, para guardar tolas en ellas. En fin, sean hielocos o tolas, la función de ambos era la misma que los Gogos: ser tirados y rebotar entre ellos. La característica de ser coleccionables e intercambiables era un detalle dentro del juego en sí, pero no lo más importante. Así que si tienen de estos muñecos y están todos abollados, es señal de que los han hecho cumplir su verdadera función. Pasaron los años y no volvieron a aparecer promos de este tipo, aunque los Gogos siguen repareciendo cada tanto en el viejo continente. Así que por ahora estos personajes no tienen fecha de regreso, salvo que tengan ganas de experimentar con gaseosa radioactiva nuevamente...






El Porta Tolas, en este caso con Koromon, uno de los personajes de Digimon.

Se les presionaba un botón en la cabeza y podías meter unas pocas adentro.

Vista panorámica de estos seres multicolores.

5 comentarios:

  1. Buen post! te encontré googleando! yo tengo muchas tolas. Quizás como en esa foto. Siempre las guardaba porque cuando abría unas lays y las veía me decía "wow.. no soy fan de digimon pero con esto se la rejugaron la tengo que guardar" y me guardé una buena cantidad! Saludos

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    1. Así es, las tolas realmente lograron trascender a la licencia Digimon y eran un objeto de colección más allá de si uno le gustaba la serie o no. Lamentablemente no fue un proceso que continuara con otros programas. Terminó todo ahí...

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    2. Así es, las tolas realmente lograron trascender a la licencia Digimon y eran un objeto de colección más allá de si uno le gustaba la serie o no. Lamentablemente no fue un proceso que continuara con otros programas. Terminó todo ahí...

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  2. Como me gustaba Digimon , era muy profundo con toques graciosos , de acion y otros que lloraba ! Que linda epoca!

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  3. buen post, a pesar de tantos años todavía me quedaron algunas, pensar que comprando un paquete de conitos o papitas a no recuerdo si 25 o 50 centavos te venian tambien estas tolas, que buena epoca

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