El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Un Papá Noel careta (1952)


Un tal Don Juan por lo visto no entendió la indirecta que le supo decir uno de sus clientes y no supo darse cuenta que decir Bizcochos, así lisa y llanamente significaba pedir bizcochos marca Canale. Porque aunque no fuera específicmente un producto navideño, evidentemente formaba parte de los productos de copetín para una festividad así. O tal vez la estrategia de esta publicidad era primero hablar del prodcto hiperreconocido por todos y luego de haber acaparado la atención hacer una mención especial a los productos propios de la época, como la poco conocida sidra Canale (a no confundir con sidra Canal, una marca de Asturias que sigue existiendo) y el pan dulce también Canale, aunque éste último lo hemos seguido viendo hasta nuestros días, al igual que los budines homónimos, aunque ambos productos dan la sensación de no ser muy diferentes en gusto y calidad a los de Terrabusi (porque por más que los fabrique la misma empresa, alguna diferencia entre ellos tendría que haber además de la etiqueta, no?) Y para terminar este aviso navideño aprovecharon los de Canale para directamente terminar de nombrar el resto de su catálogo, para hacerla completa: nos enteramos entonces que alguna vez Canale supo fabricar vinos, puré de manzana, dulce de Guayaba, salsa ketchup (una manera elegante de decir ketchup) y hasta ravioles en salsa de tomate, un producto que cuesta imaginar cómo podría ser vendido (¿enlatado?) y más en esos años. A todo eso le sumamos los aún existentes extractos de tomate, dulces y mermeladas, aunque dichos productos no sean fabricados por Mondelez sino por el grupo mendocino Alco. Por lo visto a Canale le faltaba todavía mucho para convertirse en la fábrica de galletitas y pastas que tenemos idea de conocer por lo menos los últimos 20 años. ¿Qué tal habrá sido esa sidra Canale? y más raro aún... ¿Cómo habrán sido los vinos? A lo mejor las bodegas que producían esto actualmente funcionan con otra etiqueta, la verdad es un dato que desconocemos. Así que para estos días lo único que se puede degustar de Canale específicamente para la época sería el pan dulce (ése que viene cada día más caro y enlatado o empaquetado de la forma más sofisticada) y los budines (ricos, hay que reconocerlo) mientras que los bizcochos (tostadas agridulces, aunque no lo quieran reconocer) habrá que buscarlos en una panadería...

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