El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
miércoles, 23 de julio de 2014
Los 7 servidores de tu hogar (1954)
Como un efecto enternecedor para algunos y perturbador para otros, los 7 enanitos de Blancanieves (los originales! la firma de WD lo confirma) pueden limpiarte tu casa en un verdadero santiamén con toda la línea de productos para la limpieza que se pueden conseguir en cualquier estación de servicio Shell (u otros sitios amigos). Cada artículo cuenta con un pequeño slogan (algo me dice que en inglés estas cosas rimaban) para poder memorizarlos bien; lustramuebles, quitamanchas, solvente, lubricante doméstico, espirales y las marcas propias Shelltox (la competencia del Flit de Esso, por qué será que estos insecticidas siempre tienen nombre como corresponde en lugar de insecticida genérico?), Duratox y el famosísimo Sangajol, una especie de limpiador para pisos a base de aguarrás. Un aviso dentro de todo bastente creativo y vistoso para la época, aunque es notorio que todo el capital y el arte se terminó gastando entre la compra de la licencia y las mini frases de cada producto, sino no se explica el nombre tan impersonal del programa de radio auspiciado por Shell. Algo tan común en distintas marcas como Águila o Cafiaspirina, en este caso este programa se podía escuchar por...Radio Excelsior! ese nombre sí que destila elegancia bien de los años 50, por más que dicha marca siga existiendo hasta los años 90 cuando se convirtió en La Red. Y los dejo con esta incógnita: el enanito que tiene el espiral en la mano: se lo quiere comer o está aspirando el humo? Para reflexionar...
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