Nestlé ha sido históricamente una empresa dedicada a la venta masiva de chocolates sin perder su calidad conocidos en todo el mundo... pero hace 55 años la compañía suiza se encontraba estrenando un producto que terminaría siendo bastante desconocido para la historia golosinera. Se trataba del chocolate Selim, que con este bello aviso psicodélico se anunciaba en 1969 como un producto "abolutamente necesario" para gratificarse.
Este chocolate era publicitado, además de ser una opción para autosatisfacerse, como un producto bien simple y que vino al mundo nada más que para satisfacer el gusto del antojo: llama la atención que en la misma campaña publicitaria de ese entonces las ilustraciones hippies exclamaran "hay algunos que les gusta comerlo porque no tiene rellenos raros, a nosotros nos gusta porque se nos da la gana". Algo me dice que ese concepto de un chocolate sin vueltas ni nombres raros sería perfecto para venderse en la actualidad a pesar del más de medio siglo que ha pasado.
La globalización del Internet nos permite conocer que Sélim (con acento en la e) también fue una marca de bombones finos de Nestlé que supo comercializar en la República Checa, en elegantes latitas aunque sin desmerecer la tradicional tableta...
No hay comentarios:
Publicar un comentario