El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

lunes, 26 de agosto de 2024

Un poroto la historia de un confite


Nada más que 35 años separan a estos dos frentes de cajitas de confites Sugus y las diferencias parecen ser de siglos más que apenas unas décadas: en 1989 estos tradicionales confites, con su impronta ideada para competirle al maní con chocolate de los cines, salían en su envase producidos por una empresa llamada Jacobs Suchard, como la representante nacional del verdadero fabricante en Suiza de los tradicionales caramelos masticables. En 1990 se produce la disolución de la chocolatera Suchard como tal, la también dueña de chocolate Milka y Toblerone que pasa desde entonces a ser manejada por Phillip Morris, cambiando de nombre oficialmente en 1993 como Kraft Jacob Suchard. 
Llegado el 2000 se produce el enroque de marcas entre Kraft-Suchard y Arcor: los primeros le adquieren a los cordobeses su jugo en polvo Verao y éstos últimos adquieren la licencia en el país (y todo el MERCOSUR) para fabricar los Sugus de todo tipo. Arcor se encargaría de jubilar a los famosos "negritos" publicitarios que caracterizaron a la marca de masticables en otros tiempos pero potenciaría ideas exitosas como los paquetes de sabores masticables surtidos, los paquetes con sorpresita, y sumaría variedades como los confitados Sugus Evolution, o los Sugus Max (masticables más grandes que inclusive venían en envases con forma de fruta) en distintas épocas. De estos últimos también estaban los de temática Halloween, que pintaban la lengua.
Volviendo a los Sugus confitados, hoy se ven como el paquetito de la izquierda, emulando una máquina de caramelos, y si bien perdieron sus tradicionales colores como rosado o celeste y su forma alargada por algo más redondeado, siguen siendo los elegidos en este segmento y son prácticamente el "genérico" de lo que representa un caramelo dulce confitado sabor frutal, por encima de su competencia los Flynn Paff, Billiken, los importados Skittles o inclusive los Mogul de la misma Arcor...

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