Olivetti es una marca conocida por sus máquinas de escribir y sus épocas de esplendor quedaron enterradas hace tiempo en el calendario: sin embargo esta situación no impidió que a lo largo de las décadas la empresa italiana se abocara también a producir ideas para intentar modernizarse y torcer su destino, menos centrado en lo electrónico e intentando seducir el mercado informático. Por ejemplo, en 1974 lanzaron lo que parece ser un organito de juguete pero en realidad era la Olivetti Divisumma 18: se trataba de una nueva versión de su calculadora lanzada originariamente en 1948 pero en esta particular reedición se incluía una carcasa color amarillo de goma y resina, el peso de un libro y la particularidad de imprimir de forma rápida y silenciosa. De esta forma se volvería una practicidad para los ejecutivos de la época.
Diez años más tarde, tras haber hecho un acuerdo con AT&T, Olivetti lanzaba lo que al ojo actual parece una computadora pero en realidad era una máquina de escribir electrónica con monitor integrado llamada ETV 300, "la inteligencia hecha práctica". Además de continuar ofreciendo periféricos que sirvieran para la escritura, los textos ahora ya no eran meras hojas de papel sino archivos que podían ser almacenados en minidiscos de manera intacta para ser consultados cuando uno quisiera en el futuro. Linda manera de engañar a la vista pero en el fondo el negocio, el que les costaba modernizar, seguía siendo el mismo...
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