El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

martes, 20 de febrero de 2024

¿Qué te hicieron Tubby? Quién te dejó así?


No les voy a mentir que desde que existe la versión digital del Gran Libro de las Marcas sobrevolaba la ilusión de que algún día volvería a aparecer la marca Tubby de Bagley de alguna forma verdadera y sincera: Hace una década su dueño Arcor tenía las obleas Cofler numeradas como emulando este producto, pero no era lo mismo. Para el aniversario 150 de Bagley en 2014 la tradicional golosina estuvo incluida en su libro conmemorativo y página web con el mismo protagonismo de las marcas activas como Criollitas o Merengadas, pero luego seguimos sin noticias. Muchos retornos de productos vimos con el correr de los años: hasta su hermano Graffiti reapareció en 2017 bajo el paraguas de Cofler, pero luego para el Tubby hubo que seguir esperando. Llegó el 2024 (año del 40 aniversario de su lanzamiento de sus primeras versiones, la barra de maní y caramelo y la oblea bañada con su correspondiente jingle de Rubén Goldín) y finalmente el Tubby habría vuelto a los kioscos, pero de la manera menos pensada: en forma de alfajor simple.
Fueron muchas las reacciones a partir de esta noticia que hasta el momento no cuenta con ningún tipo de publicidad oficial: estuvieron las personas que no lo creyeron, las que les resultó el peor homenaje posible, las que a pesar de todo les trajo lindos recuerdos (y que inclusive les provocó automáticamente cantar el jingle de su primer y colorido comercial) y las que por supuesto no les generó absolutamente nada porque al haber pasado tanto tiempo ni registran de qué marca estamos hablando y no llegaron a vivir la época de los avisos de Capusotto al menos.
La primera impresión es que se trataba de un típico Tatín que le cambiaron el envoltorio y nada más, pero en honor a la verdad hay un poco de esfuerzo en hacerle diferente su cobertura: es de mejor calidad, no tan grasosa, al igual que su dulce de leche menos denso, y por ende resulta una opción mucho más pasable que los anteriores nombrados. Es válido, entonces, querer compararlo con el desaparecido Bagley Simple que existió hace unos años, de envoltorio dorado y bordó.
No se puede considerar que se perdió la plata habiéndolo comprado porque dentro de todo alegra el paladar: ahora bien, si lo que se buscaba era un producto que estuviera a la altura de las circunstancias del legendario Tubby de los 80 y 90 que supo existir con sus altibajos hasta por lo menos 2004, todo parecería que deja gusto a poco. No hay nada en sus ingredientes que intente siquiera emular el sabor de algún Tubby, ni siquiera los olvidados 5 y 6 o los mitos urbanos 1 y 2. 
Es cierto que ahora los alfajores están más de moda de lo que pueden haber estado en 1984 (en este mismo momento es un furor de verano el Havanna con sal marina) y una empresa considera que es más redituable fabricar algo de esa forma que con las tradicionales barras bañadas que hace rato no tienen grandes innovaciones, pero no estamos hablando de cualquier golosina bañada como para un resultado así. Es el producto estrella del fallecido recientemente Francisco Belloti, también padre del Graffiti. Y además, Arcor produce golosinas bañadas similares por millares con el nombre Cofler o también en Chile con el nombre Dos en Uno: justamente la barra Golpe de esa marca tuvo puntos en común con el Tubby. 
A lo mejor todo esto, el lanzamiento sin previo aviso de un extraño alfajor con cobertura de fácil derretimiento en el medio del verano, no es más que una previa al regreso del legítimo Tubby con su correspondiente numeración según el número de capas para la época del verano. En ese caso nos habrán tapado la boca y diremos otra cosa, pero mientras tanto pareciera que se cumple esa regla de que la tercera generación (siendo la primera el Tubby ochentoso y la segunda el noventoso) se encarga de fundir un nombre.
Y si por esas cosas de la vida no se puede actualizar esto porque no hay más novedades, aunque sea siempre estarán las versiones extraoficiales que algunas veces dan sorprendentemente en el clavo con lo que un consumidor buscaba aunque con una escala muy pequeña: un ejemplo es el "Tubby artesanal" del usuario Sr Alfajor, quien también en sus redes publica que es el Campeón Mundial del Alfajor simple 2023. Queramos o no, el nombre Tubby y el alfajor terminan ligados hasta en estas formas extrañas...


Publicidad de 1986 de golosinas bañadas de Bagley, donde los Tubby clásicos (los primogénitos 3 y 4) son protagonistas junto a otras delicias de época como las primeras versiones de los Alfajores Negro y Blanco, los chocolates Amore y las obleas bañadas Grafitti. Todas estas creaciones (con sus correspondientes inspiraciones foráneas) fueron obra del mismo Francisco Belloti. ¿Se habrá imaginado que uno de sus hijos se iba a terminar volviendo un extraño alfajor?

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