El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

jueves, 6 de abril de 2023

Pueden ir limpios, impolutos y en paz (1963)


En estas épocas de Semana Santa, varios internautas recuerdan las épocas en las que los medios ponían a disposición de la población películas de contenido religioso (valga la redundancia) religiosamente para todas estas fechas y no había más nada en la tv y algo parecido ofrecía la radio, además de los comentarios especiales de revistas y diarios. En la actualidad es una rareza que una marca vuelque contenido religioso para la mayoría de la población, y una que supo ser recordada por hacer eso en una época en la que ello era bien recibido fue el histórico polvo del limpieza Puloil: esta publicidad de Billiken de los últimos días de Marzo de 1963, además de anunciar el recordado producto con su logo característico que primereó a otras firmas como Odex y Relusol, se despachaban con un gigantesco texto donde agradecían la publicación de comentarios de la Biblia que mantenían viva la palabra divina y aseguraban que sembraban la fe también en los no creyentes.
Nunca se difundió mucha información sobre el fundador de la empresa, el abajo firmante David Cauchaner quien además de manejar el negocio de Puloil se autodenominaba Fundador de la Ingeniería Humana y llevó su producto por diversas campañas publicitarias audaces: desde concursos de tango hasta la que comentamos hace mucho, la de intentar poblar Villa Vitacal en Castelar hablando de sus grandes propiedades "por su cantidad mínima de partículas nocivas para la salud" inclusive instalando una oficina de información al respecto, llamándola la Tierra del Mañana. Aparentemente también se encargó de patentar diverso tipos de estufas y cultivos por procedimiento aerobio a mediados de los años 60. 

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