En 1987 una importante campaña publicitaria de Clarín más allá del diario (complementando el jingle lanzado el año anterior) hacía mención a sus clasificados con una importante novedad: la llegada de la recepción de clasificados por teléfono. Y con respecto al pago, un cadete pasaría por el domicilio indicado para cobrar los australes por el aviso... si no no se publicaba! Y había que prestar atención a los días de recepción para publicación: por ejemplo los codiciados avisos del día domingo se receptaban 3 días antes sin chances de meterse después.
A lo largo de los 90 y 2000 (en consonancia con la persistencia de la desocupación) se volvió habitual ver más y más avisos de los clasificados, aunque cada vez menos originales. Treinta y cinco años después del auge de estas publicidades, apareció una nueva campaña gráfica con un poco más de empeño creativo y nostálgico, demostrando que las marcas clásicas aún pueden dar batalla reconvertidas en sitios web...
No hay comentarios:
Publicar un comentario