El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

viernes, 25 de marzo de 2022

Riendo para seguir vivo (2017)


A la hora de hablar de publicaciones que combatían dictaduras a través del humor y la sátira es la revista Humor la primera que viene a la cabeza y si bien es un ejemplo certero no se suele tener tan presente el rol determinante que tuvo unos años antes la existencia de Satiricón, una errática publicación de características similares fundada por los Blotta (padre e hijo) además del futuro fundador de Humor, Andrés Cascioli. Nacida en 1972, clausurada en 1974 primero y en 1976 después, renacida en 1983, cerrada definitivamente en 1986 y reaparecida de manera excepcional en 2005, sentó las bases del humor gráfico de los años 70 ironizando no solamente a los militares del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.
Allá por el 2017 la revista Ñ del diario Clarín desempolvaba la historia de ambas publicaciones a colación de la salida de un libro que hablaba de ambas: "De Satiricón a Humor", de Mara Burkart. Entre las fotos de tapa publicadas aparece una de las más famosas de Satiricón, la que decía "El Demonio nos gobierna" aparecida poco tiempo después del golpe de 1976  que motivó su censura con amenazas a sus realizadores incluida. A vuelo de pájaro en estos párrafos se contará entonces la historia de ambas revistas aunque comenzando a deslizar la incómoda pregunta sobre si el tipo de humor que publicaban hoy no comenzaría a ser calificado de retrógrado...

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