Allá por el 2006 Dánica se estaba relanzando y sacó al mercado este particular producto: se llamaba por nombre Dánica Dorada pero prometía no ser manteca ni margarina. Estaba disponible en 3 sabores: jamón, queso azul y gruyere... pero tampoco decía ser queso untable. En fin, este extraño producto pometía ser rico y saludable, no tener nada de las cada vez más populares grasas trans y estar fortificado con vitaminas A y D.
A pesar de publicar publicidades con tips de cocina debajo de todo e incentivar todo lo posible el consumo invitando al consumidor a probar algo inédito, lamentablemente la idea de estar ofreciendo algo indecible no debe haber generado mucha confianza, porque desapareció rápidamente.
A lo mejor le tocó nacer en la época equivocada: ahora es mucho más habitual encontrar productos con descripciones larguísimas ("producto derivado lácteo oleico saborizado y aromatizado artificialmente" por ejemplo es una etiqueta hoy posible que exista) y que esquivan querer decir exactamente qué son. Otra ventaja para tener un gancho grande para el público... valer apenas 3 pesos!
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