Hace 20 años el clásico chicle relleno Bubbaloo de Adams tembló un poco (tal vez apenas unos segundos) porque le salió al paso un competidor nacional: el denominado Bazooka Cyber, hecho por Stani, la clásica empresa de golosinas argentina que desde 1994 le pertenecía a Cadbury y que desde 1958 disponía de la licencia para explotar la marca estadounidense Bazooka en el país.
Las pulicidades que se lanzaron para anunciar la llegada de este nuevo chicle relleno son como los de la foto: los tradicionales personajes del chicle comandados por Joe Bazooka "y su banda" dibujados en diversas actividades fantásticas, como viajar en una nave espacial en un espacio lleno de globos rosas de chicle o hacer rafting en un mar de lo que presumimos era su relleno líquido de tutti frutti bien dulce. La expresión Cyber además quedaba muy a tono con aquellos locales donde se ofrecían computadoras para navegar y jugar, lugar predilecto de chicos y un negocio en franca expansión.
Pasó el tiempo y aún se puede conseguir el Bazooka tradicional y hasta el ochentoso Jirafa... pero qué pasó con el Cyber? Como tantas creaciones pasajeras tras la crisis de 2001 se borró del mapa. Pero además desde 2003 Cadbury se queda con Adams, generando que Bazooka y Bubbaloo pasen a ser de los mismos dueños y ya no tengan que competir. Además, desde 2010 todos forman parte del pulpo Mondelez.
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