El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

domingo, 9 de febrero de 2020

El misterio de los lácteos Gandara y su puré de tomates


“Gándara preparó un puré de tomates rigurosamente seleccionados, para que usted pruebe el verdadero sabor del tomate fresco y recién cosechado. Elaborado según las tradicionales recetas italianas, el Puré de Tomates Gándara viene listo para consumir, siendo la base ideal para la preparación de excelentes salsas y deliciosos platos”. Éste es el mensaje que uno se puede encontrar en unas curiosas cajas de puré de tomates que aparecieron hace varios años pero que recién en estos últimos días pudieron llegar a mis manos. Debajo del hecho de que una conocidísima marca argentina de antaño de lácteos haya terminado en un lugar tan extraño como una caja de tomates tanto tiempo después seguramente se debe esconder alguna peculiar historia que trataremos de desentrañar.
De lo último que se sabe de la marca de manera oficial es lo siguiente: nació en 1928 y hasta 1998 se trataba de una marca perteneciente al Grupo Lactona, una compañía que también era dueña de Saavedra (leche cultivada y sobre todo queso untable), de Yogurbelt, de las hamburguesas Carny y Hamburgo, de las pastas La Romagnola y los dulces Chascomús y Malvina, además de proveerle mozarella a Pizza Hut Argentina, materia prima a Mc Donald’s para sus helados y producir lácteos para los supermercados Carrefour, Jumbo, Disco y Coto. Pero ese mismo año decidieron abandonar un orgulloso historial de rechazos de ofertas de otras compañías por adquirirlos (como Perez Compacn que tenían a Molfino, Socma que tenía a Canale o Argentine Venture Partners que tenía a La Paulina, como ejemplo) para finalmente ceder a la presión y ser comprados por la italiana Parmalat. La firma había ingresado al país en 1992 con productos propios y comprando La Vascongada, empresa dueña del postrecito Sandy.
La recesión argentina de fines de los 90 seguido de una importante crisis de la propia casa central de Parmalat en Italia colapsó la empresa y su filial argentina comenzó a decaer y desaparecer del mercado progresivamente. A esas alturas, ya habían cometido un gran sacrilegio: habían hecho desaparecer la marca Gandara del dulce de leche para venderlo como dulce Parmalat, pero el público no compró esa idea y fueron perdiendo mercado. Es así que llegamos al 2004 con un día negro para la empresa disfrazado de hecho patriótico: es cuando el empresario Sergio Taselli compra Parmalat Argentina (o sea todo lo que venimos nombrando) y la renombra con el pomposo título Compañía Láctea del Sur. A pesar de grandes promesas de inversión y reposición en el mercado, en la práctica lo único que se hizo fue un vaciamiento de la compañía, despidos de personal, pérdida de lugar en el mercado y declaración de convocatoria de acreedores. La quiebra se decreta en 2008. Cuando en 2009 la denominada Cámara de Autoservicios que englobaba todos los supermercados chinos del país (CASRECH) adquiere la marca Gandara en un remate volvieron a haber promesas y buenos augurios para la marca, pero aparentemente la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) frena la comercialización de la marca por supuestos incumplimientos en el proceso de compra. 


Estamos entonces en el año 2010 y es cuando comienzan a aparecer misteriosamente en algunas góndolas de supermercados las cajitas de tomate que ilustran esta publicación. Venían envasados en una empresa denominada “Establecimientos Harineros Brüning”, una compañía santafesina nacida en 1907 y que por ese entonces le pertenecía… a Sergio Taselli. Puede entenderse que si se dio marcha atrás con el procedimiento antes descripto, Taselli aprovechara y le tratara de sacar jugo a una marca bien famosa, aunque no tuviera nada que ver con la historia de la antigua firma láctea. Pero parece que hubo más preocupación por el marketing de instalar esta rareza que en la misma calidad: en ese mismo 2010 y por lo menos hasta 2016 se sucedieron allanamientos al molino harinero por sospechas de adulteración de alimentos y elevada presencia de moho o material fecal animal en el puré de tomates.
Con este puré de tomates que decía ser Gandara cerramos las novedades disponibles hasta 2015, cuando un seguidor (Juan Martín Acosta) nos acercó info sobre esta empresa que creíamos desaparecida. Ahora podemos decir algunas palabras más: que la planta (pero no la marca) Gandara pasó a pertenecer en 2015 a Juan Carlos Orrico, alguien que tenía en plan revender el edificio pero que en 2016 hizo que algunos ex trabajadores de la planta cobraran indemnizaciones.
Gracias a información suministrada por Lary Ruggiero a fines de 2019 surgieron en Buenos Aires nuevos productos (esta vez lácteos en serio) marca Gandara producidos bajo la firma “Inversiones para el Agro SA” que si están siendo fabricados en la antigua planta clásica, pero según ATILRA no son trabajadores registrados ni el retronó de la marca sería algo legal y legítimo, ya que no hay autorización para hacer regresar a Gandara y su fábrica estaría desmantelada. Sin embargo, en el catálogo 2019 de productos Gandara (que luce un ligero reestyiling en su logo) se menciona que disponen de leche entera y descremada en cartón, chocolatada, yogures bebibles y firmes, dulce de leche… y puré de tomates!!! Y no solo eso, sino que anuncian que “próximamente” lanzarán crema, leche en sachet, flanes y postres.
¿Quién está entonces bajo la responsabilidad de querer hacer renacer Gandara de esta manera tan irregular? ¿Es acaso un acuerdo entre Orrico y Taselli? Esto último es lo más probable, ya que productos de la harinera Brüning aparecen publicitados en el catálogo de Gandara, como si fueran todos una gran familia indivisible…
Respecto a las cajitas de tomates que pudimos probar, efectivamente era muy buena. Ahora solo nos queda esperar a que aparezca por aquí alguna leche de la nueva-vieja Gandara a ver qué tal es. Lo que sí podemos asegurar es que mucha gente no solo quiere que vuelva a producir la fábrica: también quiere pasar por la ruta y que le vuelvan a regalar algún yogur como antes…

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