Entre el
calor imbancable del verano y la humedad densa creo que sólo puede haber una
cosa peor… que una cantidad considerable de mosquitos cada día planee
acribillarte todos los días sobre todo en el momento de intentar conciliar el
sueño. Como ya no tenemos ni idea a qué químico tóxico pueden ser ya
resistentes los condenados mosquitos de esta era, vamos a tratar de tirarles
todos los productos que tenemos guardados para ver cuál los mata de una vez… y
buen muertos.
Cómo
vamos a desconfiar del insecticida más vendido del mundo: ése es uno solo y es
el Flit, el que aunque pase el tiempo se lo sigue echando aunque sea a la gente
indeseable. El legítimo era el que traía que traía DDT (como el Saeta de
Federal o el Neocid), y aunque suene contradictorio llegaba a venderse como
algo que ayudaba a las amenazas de la salud y se consideraba inofensivo. En
este aviso de 1942 el soldadito característico está bien presente en una lata
amarilla y negra, después vino la lata celeste setentosa con el logo de Esso…
Las
casitas Cuca Trap no inventaron nada: ya en 1952 la marca Yale ofrecía su
propia vivienda insecticida que era capaz de actuar en 30 segundos pero dejando
un “efecto residual” de por lo menos 7 días. Estas casitas no discriminan a los
bichos: le dan por igual a moscas, mosquitos, polillas y hasta arañas (aunque
no sean insectos y no estén dibujadas en el aviso): al costado está una publicidad
de 1975, ya sectorizada por insecto: en esta oportunidad la casa mata cucarachas,
las que siguen el resto del año…
Esta
publicidad de 1972 sugiere que ya es hora de dejar de querer espantarlos
tirándoles con la mano, una paleta, una alpargata o un diario en rollado: hay
que pasar a la acción y directamente matarlos con la competencia del Flit de
Esso: el Kaen 1000 de YPF, disponible en líquido y en aerosol. La petrolera
argentina supo tener varias marcas con el tiempo: primero tenía las latas PyF pero
después también el propio insecticida y desodorante de ambientes YPF. Cosas que
se perdieron tras la privatización de la empresa…
Esta vez
probaremos con un insecticida desconocido para las nuevas generaciones: arranca
con K como el anterior y es contemporáneo (el aviso es de 1973) pero se llama
Kik, pronunciándose como la Pepsi energizante que se llamaba “Kick” pero se
pronunciaba igual. Es demasiado llamativo para los ojos actuales la
presentación líquida, tan semejante a una colonia. En algo se parecía, ya que
prometía agradable perfume. Esta misma empresa era la encargada de comercializar
la marca Neocid. Si no les suena el nombre Ciba-Ceigy es porque desde 1996 se
fusionó con Sandoz para crear Novartis…
Un
producto hecho y derecho, que promete “mano dura” contra los mosquitos, sin
dudas el producto favorito del ingeniero Juan Carlos Blumberg y Carlos Ruckauf.
Al Baygon verde contra cucarachas “e insectos rastreros” se le suma por primera
vez en 1979 el amarillo matamoscas y mosquitos. A la derecha de todo aparece
algo un poco más moderno: tabletas Baygon Gel, del año 1998. Entre ambas
publicidades vemos algo obvio: el logo de Bayer que en la etiqueta del medio,
que ya es de 2013, no está y en su lugar tenemos el logo de Johnson. Es que en
2003 Bayer les vende las marcas, aunque se quedan con el K-Othrina para
cucarachas.
Otro
señor insecticida como el Flit, con un nombre bien poderoso y efectivo que es
sinónimo de que “mata todo”: es el famoso Gammexane, que en este anuncio de
1977 se encargó de hacer publicar una foto bien cerca de un mosquito con su
nombre científico y ya desearle la muerte. Convivió muchos años, así que tuvo
varios competidores: el Haroldo el Buda y Efecto de Compañía Química, el
Caracol de Federal, el Plagalox o el Black Flag.
En algún
momento lo íbamos a terminar nombrando: el insecticida por excelencia en la actualidad,
el primer oque se nos viene a la cabeza, gracias a años de permanencia y sus
insectos doblados por Pelusa Suero por décadas. En este aviso de fines de 1989
Raid hizo algo atípico para sus campañas: si mandabas dos tabletas con un
mosquito dibujado como hizo la señora sorteada, te podías ganar entre 24 gramos
y 1 kilo de oro puro. Si creen tener la suerte para ganar algo así, recorten el
cupón del diario y esperen al próximo sorteo, en Enero de 1990…
Llegamos
a la competencia de los productos de Esso e YPF que antes nombramos: Shell
tenía una gran cantidad de productos para el hogar, pero en materia de
insecticidas la marca era Shelltox. En este aviso de 1990 vemos toda su línea:
tabletas, insecticida en lata para pulverizador (ya algo viejito), aerosol y
espirales. La línea “Shell Hogar” se completaba con los desodorantes de
ambientes Freshell, enjuague para la ropa Clinsy, lustramuebles BriShell y
pastillas para inodoros Teepol. También había quitamanchas, lubricante y
limpiavidrios Shell. La concientización de la época los obligaba a decir que ninguno
de sus aerosoles afectaba la capa de ozono.
Ambos
avisos son de 1994: el de mano izquierda es nuevamente Raid, con uno de sus
clásicos dibujitos que yace al fondo de la hoja. Esta vez es el Raid Max, un
insecticida concentrado para cucarachas que rinde 2 litros. Del lado derecho
hay toda una sofisticación noventera de Fuyí: una especie de casita pero que es
para mosquitos, Fuyí Liquimat, un dispositivo electrónico que sólo funciona con
el insecticida LiquiTank. Nótese que Fuyí aún no era de Johnson sino de su
marca originaria, Osvaldo Rigamonti SA.
Comentario
de 1999 del lanzamiento de una súpertableta de Fuyí que era capaz de durar 30
noches, aclarando también que ellos mismos fueron los pioneros en introducir
tabletas insecticidas en el país, aparentemente allá por 1974. Luego de haer
funcionado como socios durante un buen tiempo, en 1997 Johnson se queda con la
empresa de Osvaldo Rigamonti, incorporando a Fuyí como uno de sus productos.
Algunos
envases de espirales de Raid y Fuyí de los años 2004-2005, demostrando que el
progreso permitió que hasta existieran espirales con aromas diferentes al
tradicional. Hay uno que está colado: es el Baygon que extermina cucarachas,
que es de 2006 y era una caja más ancha. Hasta principios de los años 2000 esta
imagen estaría representada por 3 empresas diferentes. En la actualidad todo le
pertenece a una sola: Johnson, la “compañía familiar”.
Uno de
los productos con el nombre más extraño, pero que a pesar de no ser tan
conocidos son igualmente un producto de buena calidad: son los insecticidas X5
de Santiago Saenz (los mismos fabricantes del jabón Veritas, los desodorantes
Jardín, el jabón para lavar Borita y los shampúes VO5) en una oportuna foto de
2016 donde salió justo la palabra “Raid” en la tele. A mano derecha están sus
espirales: al ser la foto más vieja, ven el cambio en el sombreado de las
letras del logo. También hay lavandina X5.
No hay
que olvidarse de probar algún producto económico también, para satisfacer todos
los bolsillos: entre los poco conocidos encontramos éste, llamado curiosamente
ForFait. A pesar del olor a químico fuerte, cumplía su cometido. No tiene
ninguna relación con el personaje que creara Mex Urtizberea en los años noventa,
pero a pesar de eso no es el único de los baratos disponibles: también está el
Selton de Clorox, el Efecto de Compañía de Higiene (antes le pertenecía a
Compañía Química), el MosquiTrap de Queruclor y todos aquellos pseudocaseros
con citronella…
Yapa final: chiste “de salón”
publicado en 1986 en referencia a Raid (en la época que lo fabricaba “ceras”
Johnson) en la Revista Humor…
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