Hace un poquito más de 30 años llegaba la película Batman
dirigida por Tim Burton y protagonizada por Michael Keaton, Kim Basinger y Jack
Nicholson. La primera película sobre este mítico superhéore de Ciudad Gótica
que tuvo varias secuelas durante los años 90 (con resultados dispares), que fomentó
la salida de una exitosa serie animada y que fue el puntapié para la
modernización del marketing de superhéores, todo un subgénero cinematográfico que
hoy seguimos viviendo a flor de piel. Un enorme legado que nos dejó desde toneladas
de videojuegos, un bizarro programa conducido por Macu Mazzuca y hasta uno de
los mejores sketchs de Alfredo Casero.
Pero de no ser por este Batman, el hombre murciélago como
tal hubiera seguido siendo aquél del antiguo diseño sesentoso, que fue durante
varias décadas el modelo que se nos podía representar a la hora de imaginarlo
poniéndose a jugar. Es la primera observación que tenemos viendo este aviso de
1980 del chocolate Jack de Fel Fort, en donde Batman acude a la ayuda de estos
jóvenes argentinos que evidentemente estaban de paseo por Ciudad Gótica. Cual
genio de la lámpara, el Caballero de la Noche logró salir de adentro del
chocolatín y consiguió abatir a los maleantes con golpes que hasta tenían como
onomatopeya la marca de su chocolate favorito.
Faltaban sólo 9 años para que Batman dejara de ser ese tipo
de Batman y se convirtiera, de una vez y para siempre, en otra cosa…
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