Hace 20
años los medios nos sorprendían con una notica que en el fondo no resultaba tan
sorprendente: un avión de LAPA en su vuelo 3142 y con la patente LV-WRZ se
termina estrellando en el Aeroparque Jorge Newbery tratando de despegar hacia
Córdoba, derivando en 34 heridos y 65 fallecidos: 2 de estos últimos en tierra.
No es la tragedia aérea argentina con mayor cantidad de muertes (o tal vez sí
lo es… cuenta como nacional un avión que se estrella en Uruguay o no?) pero sí es
probablemente la que más se recuerda por el despliegue mediático que tuvo. LAPA
termina desapareciendo por varias razones allá por 2003, pero para la mayoría
de la gente dejó de existir el día del siniestro.
Líneas
Aéreas Privadas Argentinas (LAPA) nace en 1976, iniciando su primer vuelo un
año más tarde. Ya desde su nombre se iba a fijar su política publicitaria que
la iba a caracterizar: competirle constantemente a las empresas estatales
(Aerolíneas Argentinas y Austral) ofreciendo tarifas más baratas.
Su
fundador fue el conde Claudio Zichy Thyssen: el mediático Gustavo Andrés
Deutsch compraría la empresa recién en 1984. Y desde entonces, se haya volado
alguna vez o no, cualquier tenía más o menos la misma imagen de la empresa:
bastante menos espectacular en despliegue y flota que Aerolíneas Argentinas,
pero que seducía muy bien con sus “chiches” sobre tecnología de punta y precios
bajos, personalizables y accesibles a cualquiera, ergo “más democráticos e
igualitarios”. No sorprende tampoco en sus publicidades una necesidad de
aclarar que el hecho de ser una empresa privada les daba un cierto aire de
seriedad, honestidad y eficiencia que una empresa estatal nunca podría tener,
siempre viciadas de burocracia y corrupción gubernamental…
Los años
90, con la llegada dela privatización de Aerolíneas Argentinas y Austral junto
a la desregulación del mercado aéreo no achicaron a la compañía: comienza un
violento período de expansión en sus negocios: mientras que entre 1977 y 1979
sólo eran capaces de operar en Provincia de Buenos Aires, 15 años después ya
volaban a Córdoba, Bariloche, Puerto Iguazú, Comodoro Rivadavia, San Juan,
Calafate, Jujuy, Mar del Plata, Necochea, Rosario y Ushuaia, entre otros
destinos. Internacionalmente llegaron a volar hasta Atlanta, Punta Cana, San
Juan de Puerto Rico, San Pablo, Isla Margarita, Florianópolis, Montevideo, San
José de Costa Rica, Punta del Este, Santiago de Chile, Cancún y Santa Cruz de la
Sierra, entre otros.
Además,
como se citó antes, eran quienes más publicitaban las accesibilidades que les
podían ofrecer a sus eventuales pasajeros: sistema de venta telefónica de
tickets, sistemas de distribución y reservas llamadas “Sabre, Amadeus y
Glalileo”, preabono de pasaje para otra persona en la otra punta del país, pago
de pasajes con pago diferido (Aerocheques), servicio de turismo para agencias
de viajes, servicio de cargas y chárter y una extraña de explicar sociedad
comercial con el sistema Casino Online Argentina que de alguna manera también
beneficiaba a los usuarios. Nótese que ninguna de sus cualidades residía en la seguridad que se le podía dar a sus
consumidores, pero hay que ser justos: ninguna compañía en ese entonces se preocupaba
por aclarar ese terreno…
Antes de
meternos en el comentado accidente, hay que hacer una pequeña introducción
sobre Enrique Piñeyro: el además médico y cineasta fue piloto de LAPA entre
1988 y 1999, pasando por una trayectoria bien turbulenta: tras sucesivas
denuncias sobre el mal estado operacional y de la aeronaves de la empresa
renuncia ese año, a pocos meses de ocurrida la conocida como “tragedia de
LAPA”.
El
denominado vuelo 3142 nunca logró despegar: la aeronave carretearía por
Aeroparque sin lograr levantar vuelo, atravesando la avenida Costanera con la
mala suerte de arrastrar un vehículo que pasó por allí (los 2 muertos en tierra
nombrados) para terminar chocando contra un terraplén de una cancha de golf y
una planta reguladora de gas, derramando gran cantidad de combustible y gas que
derivaría en una explosión y posterior incendio. Esa imagen de algo negro
gigante que se prendía fuego con muchos bomberos dando vueltas tratando de
apagarlo fue la instantánea que apareció de inmediato en todos los canales de
televisión abierta y los diarios al día siguiente: es probablemente la foto que
todos tengamos en la cabeza de ese día. Es la imagen que quedó en mi cabeza,
cuando esa noche de martes me disponía a ver PNP Deluxe, por Telefe.
Los
meses venideros traerían una gran cantidad de especulaciones sobre lo ocurrido:
la desatención de una alarma que indicaba extender flaps (aletas) para permitir
el correcto despegue, la licencia vencida del piloto (fallecido en el incendio,
aunque se llegó a decir que vivo ayudaba a socorrer víctimas), vacaciones que
se le debían a trabajadores de la empresa, falta de disciplina de los
tripulantes, mal mantenimiento de las aeronaves, etc. Al poco tiempo saldría un
especial sobre la tragedia hecho por el canal Infinito y más tarde el incidente
sería un episodio más de la serie Mayday catástrofes aéreas, pero probablemente
el hecho artístico más recordado sea la película dirigida por Enrique Piñeyro 5
años más tarde: Whisky Romeo Zulú, en alusión a la patente de la aeronave.
El resto
de la historia de LAPA se iría desenvolviendo trágicamente: la crisis de 2001
golpea la empresa y la hace devolver aeronaves y rutas, proceso que deriva en
la llegada de un nuevo dueño. El Grupo Eurnekian (encargado de los Aeropuertos
2000) se hace cargo de LAPA,
cambiándoles el nombre: nace así la efímera ARG Línea Privada Argentina que al
poco tiempo se debe redenominar AIRG porque el término ARG era propiedad del
código OACI de Aerolíneas Argentinas. Las cosas no prosperan y a mediados de
2002 llega un grupo de inversores argentinos junto a la boliviana AeroSur par5a
comprar la empresa, devolviéndole el nombre y logo originales. Así y todo la
suerte ya estaba echada, y tras sucesivos paros por tiempo indeterminado LAPA
cierra para siempre en abril de 2003. Dejarían para el final otro escándalo: la
empresa de viajes de egresados LAPA Estudiantil, que se consideraba
independiente a la aerolínea, le vence en Mayo de ese 2003 su autorización para
operar y como la empresa matriz, encargada de la renovación del permiso, ya no
existía… desmantelan sus oficinas, bloquean las cuentas donde se estaban
depositando las cuotas de viajes y sucede la quiebra junto a varios estudiantes
estafados. Respecto al más conocido dueño de LAPA, Gustavo Adrián Deutsch,
quien estaba a cargo de ella al momento de la tragedia, luego de protagonizar
un sinfín de notas criticando que no tenía nada que ver con nada, fallecería en
2014 (15 años después del incidente) junto a su esposa cayendo desde su
avioneta particular, la cual se estrelló en una casa del barrio de Nordelta.
No fue
la mayor tragedia aérea argentina (murieron más de 70 personas en un vuelo de
Austral que se estrelló en Uruguay en 1997) y tampoco la última (ocurrió otra
de Aerolíneas Sol en 2011) pero sin embargo es la que más ha quedado grabada en
la retina de los argentinos, ya sea por su magnitud mediática o por los
constantes sobreseimientos de los acusados del incidente. También es la que más
quedó grabada en los oídos, ya que por esas cosas de la vida los audios de la
caja negra están disponibles en Youtube…
Aviso de
LAPA de 1997, cuando aún se creían que a ellos nunca les iba a pasar. El slogan
que tenían en ese momento, resinificándolo puede resultar bastante doloroso…
Publicidad
de 1998 en donde se anuncia la constante expansión que estaba teniendo la
compañía. Nótese que una gran cantidad de destinos internacionales anunciados
en realidad iban a estar disponibles “próximamente”, algo que no se detecta a
primera vista…
El hecho en sí: interesante nota de la efímera revista
Espectador en donde se hace mención a la cobertura periodística a lo largo de
la noche: Crónica Tv como siempre dando la nota con sus placas y primicias…
Folleto
publicitario de LAPA del 2000. La tragedia ya había ocurrido, pero aún su
política de anunciar beneficios para los pasajeros seguía vigente: en este caso
lanzando una tarjeta para la acumulación de “días” en lugar de las clásicas
millas…
LAPA se
demoraba entre 2 y 3 horas para ir entre San Juan y Buenos Aires. A la derecha
se ve uno de sus destinos más valiosos,
el vuelo hasta Atlanta inaugurado en 1999. Por alrededor de 1000 pesos se
conseguía viajar en Clase Internacional.
Recortes
del año 2000 de la guía Páginas Doradas, en donde vemos los teléfonos de
contacto y la dirección de las oficinas de LAPA en San Juan. Ahí nomás aparecía
también nombrada Southern Winds...
Enrique
Piñeyro, cineasta responsable de Whisky Romeo Zulú (película recomendable) e investigador de accidentes aéreos, apreció
en una nota en 2018 y nos brindó esta frase tranquilizadora respecto al actual
mapa de empresas aéreas…
Creer o
Reventar: en el momento en el que se estaba redactando esto (Agosto de 2019)
era perfectamente posible ingresar a la web de LAPA, la cual se encuentra
congelada en los primeros meses de 2001…
Actualización: gracias a Eduardo Amor por facilitarnos más imágenes sobre LAPA, inclusive lo que parece ser la primera publicidad gráfica de la empresa, a fines de los 70. Entre las publicidades se percibe un cierto tono de cancherismo avanzado pero también está lo lo que valía el pasaje a Córdoba durante los años 90... inclusive al momento del accidente:
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