El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

miércoles, 17 de abril de 2019

Ya no sos la chica del paraguas…


Durante este Abril estamos cumpliendo el aniversario 25 de un suceso impactante para lo que fue el mundo galleteril y alimentario nacional, el cual todavía genera su propia polvareda (de miguitas de galleta, obviamente). Es que luego de haber estado meditando la decisión desde fines de 1993, hace 25 años se concretaba la venta del “Establecimiento Modelo Terrabusi” a manos de la estadounidense Nabisco.
La firma norteamericana había tenido ya para esa época un larguísimo periplo: nacida en 1889 de la mano de la fusión de una fábrica de galletas marineras de Massachusetts nacida en 1792 llamada Pearson & Sons Bakery y otras 6 empresas menores, fue el británico William Moore al que se le ocurrió adquirir todas estas fábricas y fundar la denominada NAtional BIScuit COmpany. Esta sociedad original pudo durar por lo menos hasta 1981, cuando Nabisco se fusiona con una empresa denominada Standard Brands y cuatro años más tarde con la tabacalera RJ Reynolds. Esta fecha e considera el año oficial de su disolución como empresa autónoma, dependiendo de ahí en más del destino de las tabacaleras: en 1999 la iba a adquirir Phillip Morris.
Pero volviendo a la Argentina, el caso tuvo un impacto muy grande en nuestra historia: luego de haber meditado entre comprar Bagley o Terrabusi, los magnates optaron por esta última. Durante este proceso de venta, ocurrió lo siguiente: los miembros del directorio argentino utilizaron información privilegiada de la compañía para operar en la Bolsa de Comercio. En el 93 las partes firman un Acuerdo de Entendimiento donde se estipulaba el precio de cada acción, si bien este dato no trascendía públicamente. Los accionistas vendían acciones a un precio superior al ofrecido por Nabisco para luego recomprar los mismos papeles cuando cotizaban por debajo del precio acordado. Estas ventajitas que se desarrollaban por sobre el público inversor (que desconocía tanto el valor inicial de las acciones como una suba de ellas acordada a principios del 94) fue investigada por la CNV y determinó en 1996 el primer caso de “insider trading” argentino, el cual todavía se recuerda tanto por su investigación como por las sucesivas apelaciones que se produjeron.
Después de semejante nacimiento, la nueva Terrabusi difícilmente podía tener buenas intenciones para con todos sus productos: progresivamente fueron desapareciendo los artículos poco rentables, mandando al baúl de los recuerdos a marcas como las obleas Bésame, las galletitas Aventura, Sorbona y Santa Paula o el alfajor Ringo. Inclusive se detuvieron algunos negocios curiosos, como la importación y distribución de bebidas como la gaseosa yanqui Shasta. Otras creaciones más rentables como las Kremokoa o las María aguantaron algunos años más. Llegaron muchas ideas extranjeras que quisieron quedarse a la fuerza, y no todas lo lograron: así pasaron las Ritz, las Trakinas, las Chipits, las Sketch, las Triggy, las Club Social, los Spins… y si, evidentemente no todos pueden recordar esa lista.
Pero había una galleta, de las primeras que Nabisco horneaba, que apareció en 1995 en el mercado argentino y fue acogida con mucho cariño: las Oreo junto a su manera de manchar los dientes y las uñas llegaron para quedarse. Existe una historia interesante con ellas, el día que se dieron cuenta que aquí ya existían galletitas que le hacían frente como las Melba: fue una decisión de Nabisco en cuanto puso un pie en Terrabusi el ir abaratando y empobreciendo la receta, presentación y publicidad de las Melba para hacerlas desaparecer del mercado y que sólo tuvieran sus amadas Oreo como las líderes indiscutidas del mercado. Nunca lo lograron y cuando Terrabusi pasa a ser controlada por Kraft a partir de los 2000, esa estrategia se abandona, generando una tensa relación entre una marca que quiso matar a la otra sin éxito.
Desde ese 1994 Terrabusi no fue el mismo: vio achicar sus envases, desaparecer algunos de sus productos más prestigiosos pero poco rentables y se terminó emparentando con otros compañeros extraños de ruta: los jugos Tang y Clight, los chocolates Milka y Suchard, las pastas Vizzolini y Don Felipe, los chicles Bazooka, el Mantecol y hasta por un breve tiempo las gomitas Billiken y las pastillas DRF. El actual pulpo denominado Mondelez que incluye otras empresas como Cadbury, Stani, Adams, Royal o Toblerone es tan grande y complejo para describir que nos perderíamos entre tanto producto saludable.
Queremos terminar este desorganizado recuerdo con otro de los grandes cambios impuestos por Nabisco: la lenta desaparición de las tradicionales cajas familiares de galletitas con sabores más puros y únicos. Ilustramos este recuerdo con dos marcas inolvidables que, si bien siguen existiendo, muchos concuerdan que ya no son lo mismo: Lincoln y Boca de Dama, las dos con fecha de vencimiento de 1985. Para más datos melancólicos, ambas cajas venían juntando papelitos y boletas viejas desde hacía añares, bien lejos de su función de albergar galletitas...
¿Qué pensaría Don Ambrosio Terrabusi viendo lo que se convirtió su amada fábrica modelo y su chica con paraguas? Quién sabe: es un tema serio para reflexionar fumando un cubanito de chocolate…
¿Qué pensaría Don Ambrosio Terrabusi viendo lo que se convirtió su amada fábrica modelo y su chica con paraguas? Quién sabe: es un tema serio para reflexionar fumando un cubanito de chocolate…


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