En una ultra encendida venta,
este aviso de 1970 nos ofrece un ´calido texto para que conozcamos el osado
crossover de Aurora y Magiclick: este fogoso aparato que al igual que su marca
madre era capaz de durar un siglo (el Magiclik verdadero llegaba hasta los 104)
y funcionar perfectamente al primer intento. Adelantándose varias décadas al
lenguaje “la nada misma” de muchos avisos posteriores, su texto se anima a
burlarse del procedimiento de funcionamiento y no entenderlo, sugerirle comprar
varios para luego ofrecerlos como bizarros regalos “para esos compromisos que
aparecen de pronto y uno quiere que el regalo exprese lo que uno siente y no
sólo que tenía la obligación y todo eso…”. Sólo les faltaba agregar un “y coso”
o “y gilada” y ya se acercaba al léxico de un twittero promedio.
La cosa no queda ahí, también se
animan a profetizar que recién en el siglo siguiente (ése en el que vivimos
hace casi 20 años) iba a llegar a aparecer algún artefacto que lo superara,
siempre y cuando tuviera la Etiqueta Roja del Buen Diseño.
Después de semejante tsunami de
palabras, es casi imposible no salir corriendo a algún Frávega, Garbarino o
Casa Scioli para tener tu propio Aurora Magiclik calentando nuestra casa y
nuestros corazones…
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