Algo
considerado tan nacional y argentino como la carne vacuna tiene sus orígenes en
muchas otras partes del mundo occidentales: muchos ignorarán seguramente el
importantísimo papel que tuvieron en nuestra historia los frigoríficos
extranjeros, que por medio de sus intereses e influencias fueron capaces muchas
veces de torcer el curso del país. Hoy vamos a hablar de uno de ellos bien
clásico, al punto tal que no son pocos los que creen que se trata de una marca
nacional, y a veces tan equivocados no están. Veamos…
Swift, una
marca que relacionamos inmediatamente a alguna hamburguesa, salchicha o latita
de picadillo, no significa otra cosa que el apellido de su fundador: Gustavus
Swift (1839-1903) fue un empresario estadounidense que se dedicó gran parte de
su vida al negocio cárnico, pero llegar al éxito le fue muy dificultoso. Obtuvo
réditos, no sin antes obtener una gran cantidad de fracasos a la hora de
intentar cambiar el paradigma de la venta de carne que supo existir en el siglo
XIX. Según la investigadora Chris Calton en esa época lo popular era la carne
de cerdo por ser más barata para producir caseramente, mientras que la carne “de
res” no gustaba tanto al resultar demasiado salada (por su método de
conservación) y sobre lo costoso que significaba traerla al consumidor:
curiosamente, las carnicerías entregaban la carne en paquetes cerrados… el
cliente no tenía idea de dónde venía el paquete con la carne que acababa de
pedir!
El emprendedor
que nos compete fue capaz de afrontar los obstáculos para que la carne vacuna
se masificara tremendamente: primero, siendo capaz de diseñar vehículos
refrigerantes que permitieran el transporte de carne a sitios alejados de
manera económica, luego venciendo el lobby ferroviario que se negaba a diseñar
vagones aclimatados por sus convenios con corrales porcinos y finalmente la
parte difícil de que el consumidor decida comprar carne faenada hace varios
días, algo por entonces novedoso y “asqueroso”. Se solucionó este último
eslabón estilizando el proceso de entrega de carne, permitiendo que el cliente
vea el momento de los cortes y presentando el producto en mostradores de manera
más atractiva. El simple concepto de que el cliente vea lo que está comprando
(lógicamente perfeccionado por muchos seguidores más tarde) provino de este
empleado carnicero con ese apellido tan particular.
En la
Argentina Swift existe desde 1907 (cuatro años más tarde del fallecimiento del
fundador, que crea la marca en 1855) a través del Frigorífico La Plata, dando
inicio en el país al negocio de la carne congelada. Nueve años más tarde, los
negocios habían ido tan bien que se quedaron con el frigorífico, popularizando
el término Swift “de La Plata” de manera masiva. Para 1924 ya manejaban el 70% de
las exportaciones nacionales de carne vacuna, al tiempo que comenzaban a operar
en Santa Fé, primero en Rosario y luego en Villa General Gálvez. Se agrandan
tanto que la carne les queda chica y desde 1930 comienza la diversificación
hacia conservas de vegetales, carne ovina y porcina, salsas enlatadas, aderezos,
legumbres y mermeladas de fruta. Tantas ganancias les dio la Argentina que aquí
en 1954 se dedicaron a desarrollar algo inédito en el mundo: un sistema de
cocinas continuas para el desarrollo de carne enlatada de todo tipo, desde
viandada o relleno para empanadas hasta albóndigas con salsa y buseca.
Luego de
varios años de bonanza económica, llegan los tiempos de crisis extrema, casi a
punto del cierre absoluto, allá por 1971. Para zafar de decretar la quiebra y
mantener los puestos de trabajo es el Gobierno Nacional el que queda a cargo de
la compañía por unos años, pasando a un grupo empresario nacional llamado
casualmente Carnes Argentinas en 1977. Así las cosas, esta nueva sociedad le cambia el nombre a la
empresa en el 78 por “Swift Armour” y por un tiempo en los 80 comparten
acciones con las norteamericanas sopas Campbell, quedándose con el correr de
los años con el 100% de la empresa.
En los
convulsionados años 90 no sólo afrontaron una pésima época de marketing gracias
al caso “SwiftGate” protagonizado junto al Gobierno de entonces, sino también
por constantes reestructuraciones y achiques para seguir funcionado, al punto
tal que en 1997 casi son comprados por Unilever. Igualmente la suerte estaba
echada y tras más años de recortes y crisis, en 1999 se venden al JP Morgan
quienes en 2005 traspasan Swift al frigorífico brasileño JBS, quienes continúan
en la actualidad. En el camino, habían conseguido dos hitos más: en 1996 ser la
primera empresa argentina del sector con normas ISO 9001 y en 2002 quedarse con
la marca Cabaña Las Lilas. Su última gran adquisición fue en 2008, cuando se
quedaron con la marca Colonia Caroya.
Llegamos a un
presente fructífero en ganancias (siguen siendo la principal exportadora de
carne vacuna argentina) pero con el tufillo de corrupción de siempre: recién en
2017 pidieron investigar si la compra de JBS 12 años antes fue realmente legal.
Además de sus conocidas hamburguesas, salchichas y picadillo/paté, podemos
encontrar mortadela, jamón del diablo, milanesas de soja, bocaditos de pollo y el
poco apetitoso “budín de carne” vendido con el atractivo nombre de Corned Beef.
Su última novedad es el sistema Pouch para vender carne envasada, con un
aspecto similar a las bandejitas de los supermercados.
La única
incógnita de toda esta historia es a qué se debe el color rojo de su logo,
impuesto desde los 60: a la sangre vacuna? a la carne cruda? es probable ya que
la única vez que el logo fue de otro color (azul, negro o amarillo) fue antes
de que abandonaran la comercialización de todo lo que no tenga que ver con
carne…
Original
manera de publicitar en 1943 que se sigue utilizando: contar la historia de
emprendedores anónimos para luego emparentar esas ganas de progresar con los
supuestos ideales de la empresa publicitada. Como curiosidad, en el mismo aviso
se nombra también a Swift de Montevideo…
Bajo el muy
apropiado slogan “el producto que merece llevar el nombre de Swift merece su
confianza” la empresa se iba abriendo por un tiempo a vender más que carne,
como las conservas que vemos en esta publicidad de 1953. Duraznos, arvejas o
tomates… da igual a la hora de expandirse.
Para los años
60 Swift trató de imponer gran cantidad de “soluciones prácticas” para el ama
de casa, como estas albóndigas en salsa, con receta incluida para despertar el
hambre y contentar el bolsillo: sólo 98 pesos para 4 personas, a los precios de
Mayo 1964…
En 1961 Swift
inaugura el laboratorio de investigaciones científicas más importante de
Sudamérica dedicado al negocio frigorífico. En este aviso de 1972 se seguían
jactando de él, al punto de ser lo que los distinguía de la competencia.
Las variedades
gourmet de sus untables cárnicos hace años que no se renuevan, pero por ejemplo
en 1988 supo venir una línea especial de patés inspirados en la cocina
francesa. Nuevamente el viejo truco de la receta tentadora, con canapés en este
caso…
Tapa de Enero
de 1991 de Revista Humor con el SwiftGate en la tapa: se hizo público una
intención de coima para la instalación de una nueva planta. Un escándalo que
hasta genero la intervención de la Embajada de Estados Unidos con Terence
Todman a la cabeza. El resultado? La renuncia de Emir Yoma y el desplazamiento
de Erman González del Ministerio de Economía, dándole la bienvenida a Domingo
Cavallo…
Publicidad
nortemericanísima para anunciar en la Argentina en 1994 las salchichas Swift. A
pesar de los intentos de la época de imponer el término “Hot Dog”, el clásico
Pancho sigue vigente como siempre…
A fines de los años 2000 varios alimentos considerados "comida chatarra" reorganizaron sus recetas y su marketing para resultar mucho más agradables, sobre todo para los ojos paternos. En 2007 Swift publicitaba la denominada línea Kids: hamburguesas y salchichas (más tarde se sum
o el picadillo) que no contaban con grasas trans, para volver a ser elegidos como comida para niños...
(Portada de nuestro Facebook en 2015, con Taylor Swift)
En estos
últimos meses el logo de Swift se estilizó un poco: sigue pareciendo un bife
cortado pero con letras con algunos cambios. Aquí lo vemos en su producto más
famoso actualmente: sus hamburguesas, las cuales están empezando a salir en
formatos XL y sabor parrillero…
Gracias por el trabajo de buscar tus esta información. ¡ Muy bueno!
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado !!!
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