Te quiero hasta la raíz

El mercado de shampúes en la Argentina es bastante conservador: hace rato que las marcas son las mismas, con sus múltiples variedades, y no se ve que entren o salgan nuevos nombres. Las últimas novedades son de hace casi 10 años, cuando apareció Clear de Unilever y los productos de Genoma Lab. En este concentrado mercado se ha olvidado rápidamente que durante varios años existió una marca de shampú que combinaba innovación y renovación constante en sus envases, y que pertenecía a la justamente nombrada Unilever. Se llamaba Organics y para quien ahora recuerde la marca ubicará el color verde característico de sus envases y unas publicidades un tanto abstractas de desiertos digitales con mujeres y los pelos lacios bien extendidos, dándole a sus campañas un ligero toque egipcio. Organics nace en Thailandia a principios de los 90 y tras volverse un verdadero boom de ventas “entre los consumidores caucásicos” se decide su producción a gran escala. Es así que entre 1993 y 1994 la marca atraviesa todas las fronteras, llegando rápidamente a Latinoamérica y concretamente la Argentina con avisos como el primero que vemos hoy: tal cual ocurría con las bacterias especiales de los yogures, Organics se caracterizó siempre por su extracto llamado Glucasil, y lo anunció a sol y sombra como su ingrediente sobrenatural que lo hacía tan especial a la hora de tratar el pelo desde la raíz. El otro elemento que no podemos ignorar es el Elida Hair Institute: un nombre muy vinculado a Sedal (obviamente también de Unilever) por primera vez en mucho tiempo se dedicaba a fabricar otra cosa. El diseño verdoso del envase de Organics (claramente inspirado en el Triatop, a pesar de no combatir la caspa) fue altamente innovador y no por nada al poco tiempo empuja a que Sedal adopte el mismo formato. Como todo producto exitoso que se aprecie de tal, inmediatamente siguió con una expansión hacia otros artículos capilares con calidad similar, siempre amparados en los químicos especiales que trataban al pelo de manera natural. Es así que entre 1996 y 1998 nace el spray para el pelo, la crema reparadora que vemos en la foto, mousse capilar y una línea especial ultrarápida que prometía actuar en apenas 30 segundos de aplicación. Sus avisos super noventosos de mujeres delgadísimas que no esbozaban una sonrisa ni de casualidad fueron un clásico en peluquerías al igual que los productos Loreal Studio FX, aquellos que estaban inspirados en los cuadros del artista Piet Mondrian. En la tercer foto ya llegamos 1999, cuando Organics (siempre con Glucasil) realiza una nueva renovación incorporando Serum Fortalecedor, cápsulas de brillo y shampúes que ahora prometían usar las propiedades del oxígeno para fortalecer el pelo de raíz. Puede ser discutible la idea de empezar a ocupar el mundano oxígeno como ingrediente sofisticado, pero para fines de los 90 Organics ya estaba empezando a dejar de estar tan de moda y tras la crisis de 2001 no se lo vio más por el país. Ni siquiera la noticia que circuló internacionalmente por ese entonces ayudó a recular con la decisión: resulta que a fines de 2001 un gerente inglés de P&G reconoce públicamente que espiaban a Unilever para obtener información sobre los extractos de algunos de sus shampúes… incluyendo saber qué corno era el Glucasil de Organics! Lamentablemente la suerte del shampoo en el país ya estaba echada: definitivamente le habrían sacado mejor provecho a una noticia así en estos tiempos. Las eventuales innovaciones de Organics ha de suponerse que empezaron a ir a parar a Sedal, pero no se confundan: esta marca aún no ha muerto en todo el mundo! Con un amable verde manzana y nuevo logo, Organics se vende en países como Sudáfrica, Emiratos Árabes, nueva Zelanda o Hong Kong, que sigue perteneciendo a Unilever. La temática de restaurar el pelo hasta la raíz sigue vigente, aunque el Glucasil ya está jubilado. Está a años luz de sus años de esplendor internacional, pero Organics sigue peleando contra el olvido. Algún día volverá al país?