El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

sábado, 6 de octubre de 2018

Alka-rajo con el vuelto


Bendito el honorable oficio que tiene toda gran empresa de tener que repensar todos los días un nuevo producto para agitar a los consumidores. Y es que de parte de la gente de Arcor se les ocurrió una idea bastante creativa: sacar al mercado las pastillas Alka. Sí, ese miserable y ninguneado caramelo que nos dan en lugar de nuestro merecido vuelto ascendió de categoría y se convirtió en pastillas tipo Halls o Mento Plus. Lo genial de la idea es lo simple de su concepción: se trata exactamente de la misma materia prima de los caramelos, nada más que vendidos en una presentación un poco más grande y cuadrada… ni siquiera hizo falta pensar sabores nuevos! Ahora, más genial todavía se vuelve la idea cuando en realidad ni siquiera es una ocurrencia argentina, sino que es importada del país de origen del caramelito refrescante: muchos no lo saben, pero Alka es una marca nacida en Chile. Perteneció a la empresa nacida en 1962 llamada Dos en Uno y que tras ser comprada por Arcor en 1998 salió a conquistar el mercado del otro lado de la Cordillera. Nació produciendo chicles al punto de volverse la marca más famosa en el rubro, para luego meterse con el resto de las golosinas, como los caramelitos que hoy nombramos. La cosa no termina ahí: en su Chile natal Alka primero fue la pastilla grande (no de las más caras precisamente) y luego se volvió caramelo para ahorrar costos. Así las cosas, podemos ver que en realidad esta idea no es ni nueva ni nacional, pero igualmente sirve para los que no les alcanza para un Halls puedan refrescarse con las Alka, creyendo que a lo mejor tienen otro gusto. Para el que le gusta este tipo de caramelos, van a tener el placer de que les cueste un poco más que se les termine en la boca. Para el que no le va ni le viene la marca Alka (que a su vez no tiene nada que ver con los antiácidos Alka Seltzer) será un producto muy fácil de ignorar. De paso sirve para desempolvar un poco esta marca, que prácticamente desde que está en el país ni publicidad tuvo pero que gracias a sus minúsculas dimensiones se convirtió en el aliado de los kiosqueros cortos de caja chica. Un eslabón más de la cadena de productos Arcor casi no reconocidos por la firma, como el turrón Misky, el bombón Drupi, el chupetín Cosmos y los chocolates Dancing…

4 comentarios:

  1. Cuando en un escritorio veo una caramelera llena de caramelos alka pienso que es de rata, y para el colmo nadie los toca,son geniales para usar de decoración.

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  2. A mí me gustan los Alka, tanto como los Media Hora.

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  3. Nada que odie mas que los alka. Ni verlos puedo

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