El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

viernes, 7 de abril de 2017

Qué pitufo ése! (1985)




Este jueves se estrenó una nueva película de los pitufos. Nuevamente estos personajes tan amados y odiados han vuelto a estar en el centro de las miradas. Porque los más chicos no lo saben, pero estos seres numerosos y azulados hace muchos años que están dando vueltas en el mercado de muchas formas. A veces se les pierde el rastro pero luego toman carrera y vuelven a tener un período de vigencia. Una de sus etapas más recordadas fue la ocurrida durante los años 80, de donde se extraen estas imágenes: el auge de fabricar acolchados con la imagen de un personaje famoso explotó durante los años 90, pero bastante tiempo antes los Pitufos ya tenían sus propios productos marca Amat. También aparecieron en 1985 los Pitucalcos, una especie de Kalkitos hechos obviamente con los inefables pitufos: en lugar de ser frotados con un lápiz común y corriente para aparecer en su respectivo hábitat natural ellos tenían su propio bastón “pitufador” que luego seguramente también servía de lápiz para colorear las ilustraciones que estaban al dorso de las imágenes. De ese mismo año se desprende también la historieta de los Pitufos, la cual aparecía todas las semanas en Billiken. Con total naturalidad, los pitufos venían y te hablaban en español argentinizado. Estos 3 casos puntuales son sólo algunos de los tantos  productos que durante esa décadas tuvieron a estos personajes azulados en su cara: más recordados aún son los chicles que pintaban la lengua y venían con sus respectivos stickers, los peluches-títere, relojes despertadores, muñequitos (con sus respectivos accesorios), ropa, LPs,  libros para colorear… y por supuesto, la codiciada y temida Fábrica de Pitufos, para construir tus propios muñequitos de CeramiK. Gran parte de sus fanáticos y también detractores los tienen presentes por la serie de televisión, pero originariamente Les Schtroumpfs (tal cual como se los conoce en su Francia natal) nacieron en 1958 en el semanario “Le Journal de Spirou” como parte de otra historieta del momento, llamada Johan y Pirluit. Su creador es el famoso belga Peyo, quien de a poco los fue inclyendo secundariamente hasta que tuvieron la suficiente fama como para tener su propia historia: ya para 1959 podían conseguirse los mini libros sólo dedicados a ellos. A partir de la década siguiente se multiplicaron sus publicaciones, creándose revistas especializadas que únicamente hablaba de ellos. Así llegó su primer película en 1965, aún bien lejos de las últimas ediciones en ultra3D. Y finalmente, y para placer-condena de muchos, desde 1981 hasta 1990 la serie animada producida por Hanna Barbera, una de las más extensas que se hayan hecho jamás, a la altura de Los Simpsons o Los Picapiedras. En 1992 fallece Peyo, pero el pitufinegocio es imparable y las historietas y merchandasing continúan produciéndose bajo el mando de su hijo. El huevo de chocolate más famoso del mundo, el Kinder, los supo tener como sorpresa en numerosas ocasiones. En la Argentina se vieron inicialmente por Canal 11 (tanto los dibujitos como la versión guarra de Olmedo) pero se los pudo ver esporádicamente también la época Telefe. También irrumpieron en el cable en señales como Cartoon Network o Big Channel. Y tanto éxito obviamente tendría su contracara: son innumerables los rumores que rodean a la historia pitufa. Comunistas, nazis, diabólicos, pecadores, capitalistas, racistas, machistas… siempre se les dijo de todo, pero nada logró opacar su fama hasta la actualidad. Una muestra de que están tocados por la varita mágica es que han logrado sobrevivir hasta la actualidad con el nombre de siempre.. son Pitufos, no "Smurfs"! Una suerte que no corrieron otros personajes famosos como Campanita, Tribilín o la Rana René. Y también lograron que algún chico o chica tuviera el sobrenombre “Pitu” de chico por su energía y alegría. Hoy los actuales pitufos están lejos de aquellos que se veían en las antiguas tv: tomaron cuerpo y se volvieron 3D, y a pesar de seguir teniendo el mismo reparto de roles (papá, gruñón, poeta, perezoso, glotón, bromista, pitufina, etc), el mismo pitufivocabulario y hasta cantar las mismas canciones, algo de su esencia ochentera-noventera han perdido. Eso no significa que sigan facturando como siempre y que sigan por mucho tiempo más. Pero las nuevas generaciones difícilmente puedan entender los placeres de vivir en épocas donde se decía que los muñequitos cobraban vida y mataban a los niños… otras épocas! Y al final tanto cariño que le tienen a los Pitufos extranjeros franceses... pero para cuando la película del Pitufo Enrique? ése si que es un ídolo nacional...  

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