Es prácticamente la única marca fabricante de adhesivos dentales que fue retenida por la mayoría de la gente: Corega se volvió luego de tantos años de imposición de su marca el genérico de algo tan bizarro como vergonzoso para algunos. Esta publicidad de 1973 no tiene demasiadas diferencias comunicacionales con un anuncio de Corega actual. La felicidad que asegura el poder sonreír y masticar sin problemas era algo suficiente para vender hace 40 años y lo sigue siendo ahora. Se trata entonces de un producto que siempre arroja publicidades muy básicas y que no incitan necesariamente a descubrir algún ingenio creativo, simplemente se publican para seguir manteniendo la marca vigente, algo logrado con bastante éxito. Obviamente Corega no es el único adhesivo, pero el más famoso seguro. Los primeros adhesivos datan del siglo XVII, en la época en que las dentaduras postizas eran de porcelana. Recién en el siglo XX comenzaron a comercializarse estos productos para consumo masivo, y particularmente durante la década de la publicidad de la imagen, existió una notable mejoría en la fórmula de estos adhesivos para que su acción fuese rápida y a la vez potente. En esta década nace Corega y se convierte en un sinónimo de este tipo de productos. Glaxo, su empresa fabricante por aquél entonces, había llegado a la Argentina en 1922 y desde 2001 adoptó el nombre actual GSK, Glaxo Smith Kline, producto de la fusión de varias empresas dedicadas a la producción de medicamentos. Gran parte de sus productos son conocidísimos y varios se volvieron también el genérico de su línea, como el IbuEvanol, el Uvasal y el Sensodyne. Actualmente Corega es el adhesivo reconocido por 9 de cada 10 usuarios de prótesis dentales, un número muy especial ya que es el mismo que Sensodyne usa con los odontólogos... será casualidad o estrategia de marketing conjunta? Sea como fuere, a pesar de su chatura publicitaria, Corega si evolucionó en su composición: de ser el simple adhesivo de la foto amplió su protfolio hasta las famosas tabletas efervescentes, tubos de pasta dental, fijadores (en polvo y crema), limpiadores de prótesis, etc. Incluso llegaron a sacar un limpiador que además de eliminar bacterias es capaz de ayudar a blanquear los dientes artificiales. Inevitablemente le queda mucha vida por delante a este adhesivo, y aunque para muchos es un producto que causa gracia y risa, nunca hay que descartar del todo que alguna vez se termine usando, y uno termine como los infinitos abuelos sonrientes de sus avisos. O peor, buscándolo ser sin nunca serlo del todo...
El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario