Desde México y donadas por Miica A. Quiroga nos encontramos con estas golosinas bastante extravagantes para nosotros; ya sea por su extraño sabor, su curiosa forma, su nombre llamativo o los ingredientes con los que están hechas. Arriba a la derecha se encuentra la golosina más rara y desagradable de todas: la paleta de caramelo de elotes de Dulces Vero. Esta empresa nacida en los años 50 y que comercializa la marca Vero desde los 70. Con el tiempo se convirtieron en un importante conglomerado confitero muy diverso y desde 2010 forman parte del grupo Bimbo. De dicha empresa se desprende una especie de chupetín dulce que increíblemente se encuentra cubierta de chile, es decir picante. Para poder llegar a lo dulce del centro primero hay que comerse una para nada agradable cubierta entre salada y ácida bastante difícil de digerir para el paladar argentino, que no concibe mezclar lo dulce con lo salado en el mercado golosinero. Aunque resulte increíble para nosotros, este chupetín salado se encuentra entre los dulces más solicitados por el mercado mexicano de esta marca, junto con sus paletas de sandía, mango y pica-goma, gomitas y malvaviscos. Arriba a la derecha aparece un producto un poco más familiar: el dulce Nucita Trisabor. Se trata de un pequeño recipiente de plástico que contiene una pastita dulce cremosa sin ningún otro elemento acompañante (ni untado en una galletita o dentro de un caramelo), lo que lo convierte en un dulce ideal para quienes les gusta el relleno de las cosas sin tener que comerse lo demás. Muchas veces supieron venir de Brasil golosinas similares, e incluso imitaciones argentinas, pero solían contener uno o como mucho dos sabores mezclados. Es la primera vez que veo este tipo de crema en 3 sabores distintos en el mismo envase. Esta crema pertenece a la marca Nutresa y se comercializa tanto en la presentación tradicional de pequeño recipiente de mermelada como también solidificado en barra, en paletas (tipo Chupelatín), dentro de una masa redonda como un cubanito y también dentro de un pequeño cono. En tercer lugar nos encontramos con Pulparindo, otro producto salado y enchilado. Es una barra compuesta principalmente por tamarindo, el famoso ingrediente del Chavo. Su fabricante, la Industria De la Rosa, lleva más de medio siglo fabricando chupetines, gomitas, pequeños bocaditos de mazapán (su primer y más conocida golosina), chicles, caramelos, bombones y estas curiosas barras enchiladas. Además de esta presentación, que es la tradicional, aparece la saborizada con sandía, con extra picante y hasta la libre de azúcar. En 2007 De la Rosa tuvo un conflicto con este producto por contener aparentemente demasiado plomo que el autorizado para los alimentos, pero pudieron sobrevivir a semejante denuncia. Por último, está el artículo con el nombre que más puede llamarnos la atención: Cajeta en Obleas marca Cabadas. Este producto no es otra cosa que obleas que contienen dulce de cajeta en su interior, untado como si fueran galletitas rellenas. El tal dulce de cajeta no necesariamente siempre equivale al dulce de leche argentino: si está hecho de leche de cabra se le suele decir "de cajeta", si es de leche de vaca mezclado con vaca se le dice "de cajeta quemada". Todos distintos y no todos muy ricos, éstos fueron algunos de las más representativas golosinas mexicanas en estos momentos. El que las quiera probar que después no se queje aquí si no les gustó...
El chupetín Vero, cubierto del extraño chile salado, sólo para valientes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario