Ahora Pelikan sólo se la recuerda como marca de lapiceras y fibras, pero hace casi 30 años también se dedicó a la comercialización de artículos informáticos, como por ejemplo estos disquettes 5 1/4. Estos obsoletísimos dispositivos de almacenamiento tenían apenas 360 KB de almacenamiento pero a pesar de su grotesco aspecto y su memoria muy limitante, fueron sumamente famosos e importantes durante los 70, toda la década completa de los 80 y los primeros tímidos años 90. En una casa con una computadora con lectora de estos discos tan particulares no podían faltar 3 títulos: el pac-man, el solitario, y por supuesto, el "disco arranque". Algo que alguien joven no entenderá nunca, pero en algún momento la vida fue así: si no ponías ese disco antes que cualquier otra cosa, la computadora simplemente no se encendía, y comenzaba a lanzar pitidos extraños ante cualquier tecla que se tocara. También era común, sobre todo en las computadoras heredadas o compradas usadas, recibir una cajita de cartón con varios disquettes de arranque. Podían servir todos, podía no servir ninguno o sólo servir uno, era cuestión de elegir al azar y empezar a meter hasta que alguno nos haga avanzar de pantalla. Su color preponderante era el negro, pero también era común verlos de colores verde oscuro, amarillo y rojo-bordó (esos eran los BASF con seguridad!). A su vez, a pesar de lo complejo de querer encender una PC, su apagado era lo más simple del mundo; bastaba con apagarla del botón con que se la encendió y listo. Nada de esperar cerrar los (mejor dicho "el") programa en funcionamiento o esperar instalación de actualizaciones, se apagaba todo con el simple botón y a otra cosa. También estos discos supieron almacenar programas de oficina, como WordStar, Lotus 1-2-3, DBase, también fueron los primeros en popularizar los temidos "virus" y en los casos más antiguos contenían directamente el Sistema Operativo completo (el DOS). Y si lo doblabas de más (tenían cierto rango de aguane) o si los metías a la disquetera sin trabarlo con la manija, o si lo ponías al revés o tu lectora estaba dañada... saltaba algún error y se perdía todo de cero. Aunque tampoco había tanto que perder. Entramos a los mediados de los 90 y de ahí para adelante sólo existieron los disquettes 3 1/2 pulgadas, los cuales entrados los años 2000 fueron echados a patadas del mundo del almacenamiento por los ya consolidados y semijubilados CD's pero también por los DVD's, pendrives, tarjetas de memoria, etc etc... La no muy buena calidad de los últimos disquettes mencionados hizo que el término no tuviera formatos del nuevo milenio, así que pasaron a la historia. Hoy por hoy son todos grotescos recuerdos de otra era que sólo sirven para decoración "posmoderna"...
El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
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