El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

viernes, 8 de mayo de 2015

Las mil y una refregadas (1951)


En una época donde lamentablemente la manera más común de lavar prendas seguía siendo a mano (y esta actividad era casi exclusivamente femenina) la publicidad hacía esfuerzos en imponer productos que implicaran el menor esfuerzo posible a la hora de ponerse a fregar, porque seguía siendo una actividad ineludible. En el caso de este aviso de "polvo jabonoso" Camello existe una gran voluntad de aclarar que este producto con aires árabes es de lo más moderno del mercado, ya que ofrece la cualidad de dejar sumergida la ropa un tiempo prudencial y generar un ahorro de tiempo que puede ser ocupado en otras cosas ("salga a pasear!"). Tras dejar descansar esta mezcla, bastaba un pequeño refriegue y el lavado estaba listo, aunque es muy dudoso que todo se solucione con apenas una pequeña refregada. Además, tal como sucede ahora, las prendas blancas siguen siendo el punto fuerte para describir lo bueno que es un jabón. Así que ahora sólo queda probar comprando un paquetito en Argentina o Uruguay para saber si nos están mintiendo o no ante este "testeo". No se sabe aún a quién se le puede haber ocurrido relacionar un jabón en polvo con un camello como para ponerle ese nombre, pero esta marca con varios tropiezos sigue existiendo hasta nuestros días de diversas formas. Pasó el tiempo y Camello fue de mano en mano; de Campana a Ciabasa en los 80, luego a Clorox en los 90 y finalmente terminó a manos de Unilever, una empresa que hasta hace una década sabía explotar esta marca lanzando esta marca como detergente no concentrado, habiendo sido en los 80 una de las marcas líderes del mercado de los detergentes concentrados. Haber degradado su fórmula en 1990 lo convirtió en una marca poco importante, y hoy sólo se encuentra su marca-hijo, Camellito, un suavizante de Unilever que en los últimos años vive aún bajo el paraguas de Ala. Ya pasaron más de 50 años de esta publicidad, ya no existe el concepto de lavar a mano como algo que haga la mayoría (¿cuándo fue la última vez que apareció una publicidad de jabón para lavar a mano?), tampoco hablarle al consumidor formalmente, quién distribuye el jabón o relatar tanto el proceso de lavado para que alguien lo entienda... y sin embargo, la idea de que las mujeres son las que tienen que lavar todo sigue tan presente como siempre...

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