El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

lunes, 18 de mayo de 2015

Antigua, antigua novedad (1939)


Con un criterio que todavía no puedo dilucidar, en las revistas de los años 30 y hasta bien entrados los 50 los avisos publicitarios eran mayoritariamente sobre dentífricos, jabones de tocador para mujeres, fijador para hombres y... aceites. Algunos, como el comentado hace bastante Olavina por lo menos se les conocía el fabricante, el cual sigue fabricando aceites hasta ahora (Unilever). Pero en el caso del producto de hoy, vuelve a ser todo un misterio. Estamos hablando del Aceite Belfiore, una marca que no dice mucho a pesar de venderse como un producto revolucionario. No existe información en el mundo del Internet sobre este producto, y cuando aparece algún link no referido a Mercado Libre, se trata de alguien llamado Belfiore cuyo nombre aparece en el titular de algún diario. De todo esto, sólo se puede rescatar que el nombre de dicho aceite evidentemente pertenecía a alguna familia que le puso su nombre, ya que en esa época no existía la idea actual de ponerle nombre a una marca por el atractivo comercial que tiene, sino porque simplemente es el nombre de la familia. Otras conjeturas a las que se pueden arribar viendo la publicidad es que evidentemente la calidad de este aceite es dudosa calidad: resulta curioso que nunca se nombra de qué está hecho el producto. ¿Es aceite de girasol, de maíz, aunque sea es tipo mezcla? No se sabe. Ni siquiera la lata (si... una lata! nada de botellas retornables siquiera) que publicita a Belfiore ayuda a adivinar la procedencia. Desde esa perspectiva la frase "Un nuevo sabor" cobra otro significado. Y si debajo del nombre leemos la palabra "económico", eso ayuda bastante también a pensar lo anterior. Desde aquí queda la incógnita entonces de tratar de seguir averiguando un poco la historia de este aceite, evidentemente muy poco recordado y con la mala suerte de ser publicitado con una lata (¿cómo se haría para servir con eso sin que se vuelque?) que se asemeja más a la de galletitas que en un aceite serio.

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